Enrique Arias Vega, colaborador en Valencia News. Más fácil protestar que hacer

¡Qué fácil es estafarnos!

Lo normal es que personajes con la imaginación y la capacidad persuasiva de Jenaro García, el creador de Gowex, funden una secta mística con la que explotar las carencias afectivas del personal. Nuestro hombre, más al día que ellos, ha estafado a la gente con una inverosímil e ingeniosa empresa punto com.

A mí, qué quieren que les diga, no me impresiona tanto el fraude en sí mismo —ya que embaucadores, timadores, estafadores y demás animales de rapiña existen a montones—, sino la alegre impunidad con la que ha venido falseando las cifras de la compañía durante cuatro años. Antes, en la época de Rodrigo Rato, Caja Madrid le había calificado como “el Steve Jobs español”. Recientemente, en presencia del ministro Luis de Guindos recibió un premio en el Global Forum Spain.

¡Qué fácil debe ser estafarnos cuando se le engaña también a gente tan principal como los aludidos!

Pero no sólo eso: ¿hacia dónde miraba la CNMV mientras sucedía todo esto? ¿Y los auditores, es que no se enteran de lo que auditan? ¿O les sucede como al gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que ni siquiera sabía que existía una empresa llamada Gowex? Si no fuese por la denuncia hecha por una ignota empresa norteamericana, aún seguiría sin saberlo.

Lo cierto es que ningún regulador de nuestra actividad económica se ha tomado nunca en serio su papel. Hasta el socialista Pedro Sánchez, consejero en Caja Madrid en época de Ramón Blesa, ha argüido que sólo lo era por su condición de concejal madrileño, sin hacer nada más (salvo cobrar, se supone).

¿Ven cómo es cierto que se nos estafa alegre e impunemente todos y cada uno de los días de nuestra vida?

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