Quiero comprar, hablar y enterarme de todo

Quiero comprar, hablar y enterarme de todo, como lo están leyendo, a las mujeres nos gusta ir al supermercado, hay tantos pasillos que incluso hasta se puede hacer la ruta del colesterol y así luego ya no hay que salir a caminar, es que son tantas las cosas que se pueden hacer en el supermercado, por ejemplo, el otro día sin ir más lejos, fui al supermercado a comprar unas cosillas que me faltaban, ahí iba yo toda estupenda, ya saben, antes muerta que sencilla, con mis tacones y pasillo arriba, pasillo abajo, no había manera de encontrar lo que buscaba, evidentemente me haría unos tres kilómetros, una vez encontrado llegó el momento de ir a pagar a la caja, pues nada, como la cajera y la clienta que iba delante de mi estaban hablando, no me quedó otro remedio que entrar en la conversación, ya saben ustedes lo que pasa, si una se queda callada parece que esté escuchando un chisme, sin embargo si entras en la conversación, la gente piensa que eres sociable e incluso que eres muy maja y que sabes mucho de todos los temas, nada solo hay que seguirles la corriente, pues bueno, a lo que iba, después de entablar la conversación la clienta que estaba delante de mi se dio cuenta de que alguien se había dejado las llaves del coche, por supuesto se pensó que eran del chico que se acababa de ir, ya estábamos las tres tramando como se las devolvíamos, en eso que entró su hermano y yo dije, «ese es el hermano, vamos a darle las llaves», pero cuidado, que nunca hay que dar por sentado las cosas, ¿que tal si no son de él?, ya la hemos liado, pues así fue, en el momento que íbamos a llamar al hermano del supuesto dueño de las llaves aparece una chica con el carro hasta arriba de compra, toda acalorada y nos dice, «perdonar, ¿habéis visto mis llaves del coche?», es decir que las llaves del coche perdidas, que se las íbamos a dar al hermano de el chico que se acababa de marchar, no eran de él sino, de una pobre chica que andaba loca buscando sus llaves. La que casi liamos por andar, de metiches, de querer arreglar el mundo y de marujas. Moraleja, nunca des por sentado una cosa.

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