William Vansteenberghe

Radical (no) libre

Este fin de semana se ha escenificado la crónica de una muerte anunciada: el color político que gobernará una serie de regiones en Francia, desde su reducción de 23 a 18 realizada por el Gobierno socialista bajo la presidencia del Señor Hollande. El ganador es el Frente Nacional de Marie Le Pen, confirmando que la estrategia de “dignificar” su mensaje, ha funcionado.

¿Pero ha cambiado algo?, ¿ha dejado el FN de ser racista, o de ser excluyente, ha demostrado mayor habilidad a la hora de paliar la falta de transparencia, la mediocridad y la corrupción, en definitiva, es mejor que antes?. A todas estas preguntas, la respuesta es No. Ni siquiera podemos explicar la victoria de la señora Le Pen a la llar de los atentados, ya que la zona de Paris y alrededores han resistido la ola derechista.

¿Entonces?

La respuesta es simple, podemos afirmar que no ha ganado el FN en esta fría noche de Diciembre, han perdido las otras dos opciones, ha perdido Sarkozy, por segunda vez, y sobre todo Hollande, y lo que representa la Social Democracia pragmática.

Estas derrotas tantas veces escenificadas, han asentado el deseo de muchos, de una Democracia a la Tocqueville, o sea una dictablanda sincera , que asume su falta de transparencia, sus tintes controladores, que promete poco desde un principio y acierta a cumplir lo escaso. Poca libertad a cambio de mucha seguridad para el pequeño burgués, laminado por la crisis.

De todo ello podemos asimismo reconocer el problema de la asimetría entre regiones, agravado por la desafortunada revisión cartográfica de Hollande, que unió a pobres con más pobres.

Hartos de promesas sin cumplir, los franceses han votado al partido que las ofrece todas, o sea ninguna. Que como ardid, muy conocido por los españoles, ha enarbolado la bandera tricolor y ha dicho que el enemigo era el otro, en este caso el inmigrante. En definitiva ha conseguido unir a grupos de personas necesitadas y por lo tanto sin miedo a perder nada, contra algo. Se ha impuesto la Ley más vieja del Mundo,” para mí todo, para el otro nada.

Sin embargo, el niño nace muerto, ya que los mismos motivos por los cuales votan los franceses, muchos, a Marie, son los que empujan a otros franceses, muy pocos, a radicalizarse en el islam mal digerido: La mala distribución de la riqueza, ya que la masa crítica que apoya al FN, son los que antaño apoyaban al PCF a la búsqueda de justicia social, y sobre todo monetaria

Nadie podrá decir “yo no fui”, ya que han sido mayoría, los que han sacado del recuerdo a una pequeña ciudad balnearia francesa de infausto recuerdo, Vichy, y de paso haber enterrado definitivamente la memoria de Jaurés.

William Vansteenberghe

 

 

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