Montesinos

Rita Barberá: ¡Que le corten la cabeza!

En el excelente cuento Alicia en el País de las Maravillas aparece un personaje supremo que es la Reina de Corazones. Siempre que se enfada con alguien, no le gusta lo que hacen o por diversión conspirativa ordena la famosa frase: “¡Que le corten la cabeza!”. A Alicia la condena en varias ocasiones, pero el Rey de Corazones acude en su ayuda y consigue su perdón. Tal cual Rita Barberá de Reina, Alberto Fabra de Alicia soñadora y Mariano Rajoy de Rey Perdonavidas. Esa es tal cual la situación del Partido Popular de la Comunidad Valenciana.

Salvador Barber definió a Rita Barberá en un libro editado en 2009 como la gran Dama de Rojo en un país azul, describiendo su vestido color favorito en un mundo político controlado por las gaviotas del PP. Pero la alcalde de Valencia desde hace 23 años ha devenido en algo más que pura estética levantina. Es la llave, el jaque mate del PPCV. Y es la que ha ordenado que a Alberto Fabra “¡le corten la cabeza!”. Ahora veremos si Rajoy perdona o ejecuta.

Lo de Isabel Bonig, Catalá, González Pons o Mercedes Alonso y demás cortesanos es pura especulación que solo cada uno de ellos se toma en serio a ver si les toca el Gordo. Por eso desde Bonig a Moliner han organizado sus propios equipos de campaña para situarse en cabeza de las alternativas electorales. Son las movidas para tener poder en la confección de las listas y prepararse para la travesía del desierto. Si encima toca la flauta…pues eso. No es otra cosa la presión de los tres tenores (Ciscar, Rus, Moliner).

Rita Barberá tiene en el silencio su mejor arma. No anda todos los días con ruedas de prensa, declaraciones al uso o metiendo la pata diciendo hoy lo contrario que ayer. No se le conocen dobles páginas en los periódicos a la que tan acostumbrados están en ell PP cuando quieren lanzar un líder. Ni asiste a las tertulias al uso. Ni siquiera necesita decir cada semana que quiera ser candidata a la alcaldía de Valencia. Hará lo qué quiera y cuándo quiera. El último evento colgado en su página web es de octubre de 2010. Y en Facebook sus encargados no hablan en su nombre desde el 24 de julio.

Y en Google solo aparece cuando alguien quiere relacionarla con el Caso Nóos, una tontería de sus escoltas o aquella historia del Ferrari con Francisco Camps. Ni siquiera anda haciendo declaraciones cada momento sobre la ciudad que va a hacer en su nueva etapa y con su flamante Plan General de Ordenación urbana. El valor y el propósito se le suponen. Pero la oposición (¡hay que ver qué oposición: Joan Calabuig y Joan Ribó!) nunca será capaz de derrocarla. Las pocas cosas que tiene que pensar las tiene pensadas antes del desayuno, como dice la Reina de Corazones. Y además reina pero no gobierna. Como hacía Tierno Galván, si algo sale mal son estos chicos del partido. Alfonso Grau y compañía.

Así de controlado el patio es sabido que no se entiende con Alberto Fabra. Son dos humores distintos. Rita es la realeza del partido y de la derecha valenciana. Alberto es un chico de Castellón, apenas de la “soca” y con poco fondo. ¿Cómo coño va a estar de presidente de la Generalitat? Eso se lo aceptaba a Zaplana porque tenía todo el poder del Faraón (Aznar) y a Camps porque estaba sus órdenes. ¡Pero a Alberto Fabra! ¡Quia! Y ese es el principal problema del aspirante a candidato y no las encuestas de Arriola o las veleidades de Bonig, Catalá, Moliner o cualquier otro advenedizo. Y a Rita le encanta decir eso de “¡Que le corten la cabeza!”.

Valencia ciudad es lo de menos. Ha perdido la centralidad como cap i casal y lo bonita que está es más producto de las dinámicas ciudadanas que del gobierno municipal. Pero da lo mismo. Rita lo capitaliza todo y por mucho que lo intentan no la meten en ningún lio. Discreción. Ni una filtración de su reunión de tres horas con Rajoy, mientras Alberto Fabra anda cantando sus quince minutos de Alicante. Rita no traga los modos de Alberto. Para ella es blandito. Indolente. Indeciso. “¡Que le Corten la cabeza!”.

Además. Hay unos 200.000 votos en el Cap i Casal que van a decidir las elecciones autonómicas (Eso Rafael Blasco lo tenía muy medido). Pero si no funcionan las autonómicas para el PP per pereza del votante o desengaño tampoco irán al Ayuntamiento y eso Rita no lo puede consentir. Se juega la historia no el cargo. “¡Que le corten la cabeza!” ¿Pero a quién ponen?.

Los datos que maneja Génova es que Alberto Fabra esta a años luz como político más conocido sobre Bonig cualquiera de los que mecen la cuna. Solo una persona supera a todos: Rita. Pero si se mete en eso lío igual pasa también a ser candidata a que le corten la cabeza. ¡Uff!!!

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