¿Urnas o playa?

Sin vergüenza ni arrepentimiento

La alargada sombra del despilfarro persigue al Partido Popular valenciano. Hace ya tres meses que pasó a la oposición y no hay día en el que no haya saltado una desagradable sorpresa de algún cajón. En la Unión Europea tienen que estar alucinando y no sin razón. Las multas se suceden una tras otra. Ayer se hizo pública otra de 6 millones porque la anterior consellera de Agricultura no veía necesario controlar la adjudicación de las ayudas que se otorgaban a los agricultores. Imposible no pensar que el dinero iba a los bolsillos de amigos de manera irregular y por eso no se controlaba… legalmente, claro.

Pero de todo esto el Partido Popular no parece arrepentirse ni pasar la más mínima vergüenza cuando tiene que dar la cara por ello. Empiezo a creer que tanto tiempo en el poder, haciendo lo que les ha venido en gana, los ha trastornado seriamente. No se puede subir al estrado de Les Corts y defender su gestión, pero lo hacen. No se puede pensar que el ser la fuerza más votada legitima el expolio de nuestra Comunidad, pero lo hacen. Se atreven incluso a decir que el dinero de los presupuestos del 2015 ¡Es suyo!

Algunos en el Partido Popular deben creerse unos elegidos para el gobierno público, una especie superior que no tiene que justificar sus actos y a los que les debemos agradecimiento perpetuo por su abnegado sacrificio por la ciudadanía. Esa regeneración que anunciaban del partido es tan solo un eslogan sin contenido. Falta humildad y sobra prepotencia. Falta responsabilidad y sobra arrogancia. Al menos desde mi humilde opinión. La opinión de alguien que piensa que cada multa que nos pone la Unión Europea es una vergüenza para esta Comunitat.

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