Sobre Podemos

Elaborar una hipótesis para analizar un posible nuevo escenario político, es un ejercicio de reflexión necesario para alcanzar una idea real de las consecuencias que tal situación podría acarrear.

Así, ante la desafección de gran parte de la ciudadanía hacia los políticos en general, independientemente de siglas y de colores, surgen los movimientos que captan la oportunidad de ese desafecto ciudadano y lo catapultan, según modelo aparentemente asambleario, a opciones de fuerzas con más o menos posibilidades de alcanzar representación institucional.

A la vista del congreso fundacional de Podemos, del discurso de su líder, aspirante a líder único electo, se desprende un devenir más totalitario que democrático, basado en planteamientos neocomunistas y posdemocráticos.

Con una envoltura populista y con unos planteamientos programáticos muy simples en algunos casos, en otros muy llamativos por estrafalarios, y a veces, revestidos de ciertas dosis de violencia verbal, lo cierto y verdad es que, imposibles de llevar a cabo en su mayoría, no les priva de un carácter algo infantil y desencantado y precisamente por eso no menos temerario.

Esta progresía al asalto de los espacios siderales, no disimula sus simpatías con regímenes totalitarios y dictaduras paradigmáticas, donde la miseria abunda bajo la opresión de las libertades ciudadanas.

Nuestra democracia hoy está suficientemente consolidada aún a expensas de su juventud, pero es necesario seguir profundizando en ella para asegurar su permanencia en el tiempo y para generaciones venideras. Es una obligación de los demócratas establecer de manera clara y sin género de dudas la línea roja frente a la corrupción como una de las principales cuestiones que preocupa a la ciudadanía

El aprovechamiento de los fallos del sistema por partidos oportunistas, no por ello menos legítimos, tiene que motivar una profunda reflexión a todos los dirigentes y a todos los partidos políticos que conviven bajo el paraguas democrático y constitucional.

La alternativa posdemocrática podría convertirse en un experimento arriesgado y con escasas posibilidades de retorno. Un no retorno como característica intrínseca de los sistemas totalitarios y dictatoriales.

Es por ello que hoy más que nunca es necesario incidir en el pacto constitucional y el consenso y además, es de obligado compromiso seguir garantizando la continuidad de la democracia y del Estado de Derecho que todos los españoles nos dimos con la Constitución de 1978.

Ante esta hipótesis, la reflexión profunda, analítica y también mesurada, no es un ejercicio de práctica politológica o de charla de café, es más bien obligada para todos los partidos políticos democráticos y constitucionales y también, para cada todos y cada uno de los ciudadanos.

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