¡¡Socarrar a Alberto Fabra!!

Es posible que se le haya acabado el baraka (bendición, suerte) o que todo lo que le pasa sea consecuencia de muchos errores en la gestión de los problemas. O que haya una consigna no escrita ni pactada de socarrar a Alberto Fabra para debilitar al PP cara a las elecciones autonómicas y municipales de 2015.

¿Una conspiración orquestada? No creo que llegue a tanto. Pero es evidente que desde cualquier posición de tiro se dispara continuamente contra el presidente del PPCV y de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra. Aun más. Resulta curioso pero el juego graneado también se centre sobre la Comunidad Madrid, el otro bastión del PP para sacar adelante las elecciones generales.

De entrada ese acoso ya ha dado resultado en los sondeos. En el último barómetro del CIS (enero 2014) la intención de voto de los electores cambia la correlación de fuerzas en Castellón y las mantiene justas para el en Valencia y Alicante. No gobernarían ni de risa. La decisión de UPyD de estudiar el pase de Toni Cantó a la candidatura autonómica en lugar de presentarlo al ayuntamiento de Valencia se interpreta bajo el análisis de que sería posible un pacto de gobernabilidad con el PSPV/PSOE.

Heredero de una situación insostenible, Alberto Fabra tiene que comerse todas las mañanas un par de marrones, hasta el extremo de que los marrones valencianos son un negociado en la sede del PP en la calle Génova de Madrid. ¿Qué pasa hoy en Valencia? es una frase mantra en el PP. ¿Pero están justificados todos esos marrones?

Hay errores de bulto en la gestión. Sobre todo en la gestión de los momentos de crisis: RTVV, el nombramiento de Esther Pastor, el escaso liderazgo en el seno del partido (¿a quién se le ha ocurrido quitar a los alcaldes de las listas autonómicas?), el despiste de Cultura en el control de la crisis con la AVL o la desmadejada estrategia contra los imputados.

Y hay peores actitudes provocadas por el equipo de presidencia (el anterior, el actual apenas está estrenado). ¿Qué pintaba Jesús Lecha como espectador en las reuniones de Castellano y Catalá con el presidente de la AVL, Ramón Ferrer? ¿A santo de qué esa absurda búsqueda de un topo? Ni Nixon lo hizo con la Garganta Profunda del Watergate.

Pero Alberto Fabra tiene en su haber poner orden en las cuentas de la Generalitat, que estaban quebradas. Reordenar la administración. Corregir el déficit hasta dónde ha podido. Y todo eso sin destrozar las bases del Estado de Bienestar y otros derechos filosóficos. Ha metido la tijera, pero el tema ha salido bien.

El único fallo en este terreno es no enarbolar una bandera (la financiación autonómica es algo muy confuso para movilizar a las masas) que ilusionara a los valencianos frente tanto recorte necesario. Si a la gente le quitas cosas y no le das nada a cambio lo normal es que está cabreada. Los catalanas hacen más recortes, pero Artur Mas regala banderas y referéndums.

Y aquí es donde trabajan los socarradores. Hace años ya anunció este modelo de estrategias Zapatero en una entrevista con Iñaki Gabilondo. Recuerden cuando al presidente se le escapó la frase en un descanso: “Hay que meter presión Iñaki”. Gabilondo metió presión y eso sigue haciendo toda la corte celestial de medios de comunicación adscritos al lenguaje mediático de izquierdas (más del 90 por ciento del lenguaje político utilizado en este país, pero de eso hablaré otro día).

Es como si alguien hubiera dictado la consigna: “meter presión contra Fabra”. ¡Socarrarlo! Y a eso se dedica cualquiera que tenga un fusil. Lo hacen con tanta certeza que hasta en su propio partido hay gente que duda de la conveniencia de mantener a Fabra como cabeza electoral. En cualquier cenáculo del PP se lo preguntan un par de veces. Y con la capacidad desestabilizadora que hay siempre en la política valenciana (cuando no hay liderazgos fuertes), Fabra tiene que estar todo el día curándose las heridas de los propios.

“¡Socarrar a Fabra!” es la consigna no escrita ni pactada, pero a la que se apunta cualquier hijo de vecino que quiera presumir de luchar contra el poder. El PP, Fabra y la Generalitat tiene un grave problema con ser el blanco de todas las dianas que quieren alcanzar un trozo de poder o mantener lo que tienen, pero sobre todo el problema lo tienen con la incapacidad de reaccionar. Llevan años cayendo por el tobogán y no saben frenar la caída.

Jesús Montesinos
www.jmontesinos.es

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