Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Tiempos de cambios

Decía Benjamin Disraeli que los experimentos en política significan revoluciones, y tenía razón porque a los hechos me remito y a la propia historia con sus ejemplos recientes. Aquí, el populismo alimentado por una crisis social-económica y política sin precedentes, alentó la posibilidad, tras el 25-M, de protagonizar una revolución al más puro estilo jacobino, que supusiera un verdadero cambio del orden social surgido de esa etapa ejemplar de nuestra historia reciente que fue la Transición. El asalto a los cielos que algunos siguen pregonando en plena batalla por la supremacía ideológica en la izquierda española, no se ha producido, por lo menos con la intensidad y eficacia que auguraba la nueva oligarquía intelectual alimentada en los claustros universitarios.

Son tiempos de cambios, efectivamente, no de revoluciones. El veredicto de las urnas ha ido configurando un escenario político que comporta, en primer lugar, la aceptación de la irrupción de viejos actores políticos con “nuevas” envolturas ideológicas. Unos al amparo de los propios errores del Partido Popular, buscando un espacio donde justificar un anclaje ideológico inocuo y otros, al socaire del neomarxismo que bajo la marca del socialismo del siglo XXI, siguen las pautas del populismo bolivariano. Unos y otros buscaban romper la tendencia hegemónica del bipartidismo imperfecto y, de momento, a la vista de los resultados electorales y su evolución desde las europeas de 2014, la tendencia es justo la contraria.

Y en segundo lugar, la configuración de una mayoría constitucionalista tras un arduo camino y dos elecciones consecutivas, que deben determinar ese nuevo escenario político que genere estabilidad y normalidad institucional al país. Un hecho de vital trascendencia en nuestra historia política que debe abrir una nueva etapa donde prime la negociación, el entendimiento, la negociación y la cesión con generosidad. En el Partido Popular somos conscientes de ello, y apostamos por un verdadero cambio de ciclo que rompa estereotipos y juicios preconcebidos para alcanzar verdaderos consensos entre las fuerzas que representan la moderación, la centralidad, el interés general ante la amenaza evidente del radicalismo extremista y su saturado discurso cargado de demagogia populista.

La unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles son piedras angulares e innegociables de nuestra convivencia, como así lo ha manifestado Mariano Rajoy en el reciente Debate de Investidura. Todo ello para conseguir una estabilidad en el gobierno que fortalezca y potencie la implementación de las reformas necesarias que apuntalen los cinco grandes ejes de tenemos que afrontar: la convocatoria del Pacto de Toledo para seguir garantizando uno de los mejores sistemas de pensiones del mundo; desarrollando un nuevo impulso al diálogo social para apuntalar una recuperación que asombra al mundo; el desafío ante un verdadero Pacto por la Educación que deje fuera el debate político y se centre, de verdad, en mejorar una herramienta indispensable para nuestro futuro; la convocatoria de la Conferencia de Presidentes en el Senado para afrontar otro de los retos del Estado, una nueva financiación centrada en las personas y no en los territorios; y una apuesta decidida en la lucha contra la corrupción generando un espacio común entre todas las fuerzas políticas para concitar una verdadera regeneración democrática que tanto demanda la ciudadanía.

Es tiempo de templanza, de pedagogía, de responsabilidad y de firmeza para concitar espacios de encuentro allá donde convergen sentimientos y valores comunes. Así estaremos aportando nuestro granito de arena para mejorar una cultura política francamente mejorable. Es mucho lo que nos jugamos, para dejar pasar una oportunidad histórica tras los esfuerzos por dejar atrás una crisis que nos ha puesto a prueba. Dejemos pues entrar a la política, la verdadera política porque ella y solo ella nos permitirá hacer posible lo imposible.

Mare Nostrum. Artículo de opinión de Juan Vicente Pérez Aras

 

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