Un toro, la Política en mayúsculas y una redecilla

Miren, sin paños calientes, me siento seguro. Así, tal cual, “a calzón quitao”, como el del anuncio. Seguro, atendido, acomodado, confortable y hasta orgulloso. Señoras y señores, no se me arremolinen ni se me sorprendan cuando les diga que la plenitud que siento, hace que además de lo dicho, sea feliz. Por fin la casta política de esta España nuestra se da cuenta de cuál es el problema real, de qué nos preocupa de verdad a usted y a mí.

Llevamos un tiempo en el que lo normal es que los políticos traten de engañarnos, de llevarnos al huerto (y a la huerta) con sus discursos preconcebidos y sus soluciones ideales a problemas inexistentes o irrelevantes. Los políticos y las políticas se pasan los días y los años diciéndonos que es importante la deuda, la prima de riesgo, la financiación, el acceso al trabajo para la gente joven, la tasa de paro…en fin, ya saben, las milongas estas que nos cuentan para que no nos fijemos en lo verdaderamente importante: “els bous al carrer”.

Mire usted, ni el paro, ni la corrupción, ni el escándalo de los ERES, de Blasco, o cualquier otro. Ni el avión derribado ni los bombardeos en Gaza, aquí lo importante es arreglar el tema este de “els bous al carrer”, que es la verdadera lacra de la sociedad, el origen de todos los males y el causante de toda desgracia.

Por fortuna no todos los políticos son iguales y todavía quedan algunos (pocos) que se dan cuenta de cuáles son las demandas de la sociedad, de lo que quiere el pueblo y reacciona como de ellos se espera: en sede parlamentaria y con dos cojones (con perdón). Sí señor, hay que prohibir los “bous al carrer” y hay que hacerlo ya.

Me gustaría agradecer a los señores de Izquierda Unida su vigor, su exigencia y su entrega por y para el ciudadano y por y para el astado. Menos mal que, como digo, quedan fuerzas políticas con un futuro incipiente, que pueden erigirse en la alternativa real, recia y progresista ante tanto papafrita de esos que por no perder el peinado se bañan con redecilla.

Ya era hora de que surgiera un partido político, como Izquierda Unida, que luchase de verdad por las libertades de las personas y sobre todo de esas pobres gentes que acuden, forzadas y contra su voluntad, a los “bous al carrer”, a esos pobres hombres y mujeres que tienen que ir a Pamplona o a Segorbe, a toda esa pobre gente que se ve obligada a participar en las fiestas patronales de sus pueblos, o incluso de pueblos vecinos que, para más desagravio y bochorno general, suelen ser en honor a algún Santo o incluso, en el peor de los casos, a alguna Virgen.

Verán, ellos son los verdaderos liberadores del pueblo, ya nos advirtieron sobre los “casi diez euros” que se había gastado Alberto Fabra en vitaminas a cargo de las arcas públicas y ahora, nos intentan librar de los “bous al carrer”. Menos mal que están ellos, los prebostes, los librepensadores, progresistas y modernos en general que vienen para salvarnos de la salvajada, para enseñarnos lo que de verdad es bueno y el camino hacia la luz. Son la vida y la verdad, “cuánto lujo p’a diario!”.

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