Juan Vicente Pérez Aras, Diputado Nacional PP. Un Consell y una Legislatura agotados

Una ruta para ganar el futuro

Entramos de lleno en nuestra semana fallera. Nuestra cita anual llega puntual en medio de la incertidumbre climatológica. Incertidumbre que no podrá, faltaría más, con ese espíritu festivo que nuestra fiesta más universal desprende por todas y cada una de las agrupaciones falleras a lo largo y ancho de nuestra geografía. Y en medio, hoy lunes 13, los populares tenemos una cita con las urnas de conformidad con lo establecido por el artículo 13 del Reglamento del XIV Congreso Regional del PPCV.

Sin lugar a dudas, los Populares llegamos a un momento decisivo para nuestra formación. Tras la pérdida de nuestro poder institucional en las elecciones locales y autonómicas de 2015, habiendo sido la fuerza más votada con diferencia, nos pusimos de inmediato en marcha. Y no sin dificultad, El camino ha sido duro, difícil, complicado. La vorágine mediática aleccionada por una izquierda anclada en el resentimiento, nos deparaba un verdadero vía crucis, en el que los derechos y garantías constitucionales saltaban por los aires, espoleados por el populismo, la demagogia y por esas fuerzas del cambio, que se cebaban con todas sus fuerzas en nuestra organización.

Años de dificultad para rearmar un proyecto político que había permitido a nuestra tierra salir del ostracismo de los años de gobierno socialista y proyectar la imagen de una Comunitat emprendedora, moderna y competitiva, a pesar de los palos en las ruedas que de forma totalmente irresponsable la izquierda se ha encargado de ir esparciendo por todos los ámbitos. Cientos, miles de nuestros afiliados han sufrido un escarnio público totalmente inmerecido a lo largo de esta etapa. Sabiendo reconocer nuestros errores, hemos pedido perdón por aquellos que no supieron estar a la altura, defendimos a aquellos que eran perseguidos injustamente obviando ese principio fundamental de un Estado de Derecho, el de la presunción de inocencia, y retomamos la marcha. Nunca doblamos la rodilla, aún a pesar de la inversión de la carga de la prueba. Porque la razón, la verdad y la Justicia estaban y están de nuestra parte.

Y en medio de esa vorágine, dos personas tuvieron que afrontar con determinación y compromiso, con orgullo y firmeza, la dirección de nuestra Organización. Isabel Bonig asumía la Presidencia Regional y Vicente Betoret la de la Provincia de Valencia. Con la nave desarbolada en medio de la tempestad, pusieron un rumbo firme y decido para rearmar a la mayor fuerza política de esta tierra. No teníamos tiempo de mirar hacia atrás, salvo para recordar que hay errores que no podemos volver a cometer. La hoja de ruta estaba marcada y la RegenerAcción emprendida no tenía vuelta atrás. Una apuesta valiente que merecía la pena.

Los afiliados hablaron, nos comprometimos a mejorar nuestra organización, a modernizar y regenerar nuestras estructuras. Otros hablan y hablan, pero hacer, hacen bien poco. Nosotros pasamos a los hechos y el mejor ejemplo es este proceso congresual que nos abre una ventana de oportunidad con el objetivo puesto en 2019.

No hablamos de viejo, ni de nuevo PP. Hablamos del Partido Popular, de un gran partido del que sentirse orgulloso, en el que asumimos nuestra propia pluralidad, sin etiquetas. Un Partido donde todos suman, porque ese ha sido nuestro mayor logro. Aunar sensibilidades, porque la unidad nos hace más fuertes. Una fuerza que ha logrado que seamos la primera fuerza de esta tierra y de España, e integrados en la mayor fuerza política de Europa. Ese es nuestro espíritu, abierto, plural, cosmopolita. Un Partido orgulloso de representar el valencianismo político como referencia para toda España, sin complejos.

 

Hemos trazado una ruta hacia el futuro. Un futuro que iniciamos a partir de hoy y que determinaremos juntos el 1 y 2 de abril con el debate de las Ponencias y con la elección final de nuestro nuevo Comité Ejecutivo Regional. Por eso, hay que reivindicar aquello que Benjamin Constant nos advertía sabiamente: “La libertad política engrandece el espíritu, al someter los más sagrados intereses al examen y estudio de todos los ciudadanos sin excepción, ennoblece sus pensamientos y establece entre todos, una especie de igualdad intelectual que constituye la gloria y el poder de un pueblo. […] Lejos pues, señores, de renunciar a ninguna de las dos clases de libertad de las que he hablado, es necesario, como he demostrado, aprender a combinar la una con la otra.”

Pongamos en valor todas nuestras fortalezas y aprovechemos nuestras oportunidades. Porque todos, juntos, sumamos más y nos hace mejores. La experiencia es una virtud que nadie puede desaprovechar en estos tiempos de zozobra. Pero esa experiencia necesita también savia nueva que aporte su energía para superar las dificultades. Todos tenemos una responsabilidad. Ejerzámosla con templanza y sabiduría, con sentido común, porque todavía nos queda mucho por recorrer, mucho por mejorar. Solo así conseguiremos cerrar con éxito esta etapa que iniciamos, porque lo mejor está por llegar.

 

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