Una serendipia

A pocos días para que salga a la venta el Diccionario de la Real Academia Española rememoro la visión de ese ‘tocho’ enorme de papel finísimo y letra ínfima en el que antaño buscábamos el significado de las palabras que no sabíamos. Lo admito, yo lo hacía con frecuencia, con mezcla de curiosidad, ignorancia y avidez por saber.

Yo tengo una versión de diccionario que pesa la mitad que yo y para buscar algo necesito un ‘sherpa’ que me ayude. Algo muy poco práctico, la verdad porque cuando buscas ha de ser rápido.

Si para nosotros los adultos es tarea complicada, imagínate para los niños. Los que somos padres sabemos que les ‘obligamos’ a buscar palabras, pero como el grande sería un castigo, optamos por uno más reducido, uno escolar, que en el mejor de los casos recoja el significado.

No obstante, cuando los vástagos actuales llegan a la edad prudencial sus dedos son como apéndices que solo reaccionan ante un Smartphone, tablet, netbook, ebook y demás artilugios tecnológicos. Entonces, ya se sabe que se tiran directos a Internet a buscar el significado de las palabras. Ni diccionario ‘de bolsillo’ ni grande ni nada.

En este sentido, el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, ha reconocido abiertamente que esta edición, la que 23, podría ser la última en papel y, además, ha señalado que la versión web del diccionario recibe más de 500 millones de consultas al año. ¡Ojito! porque la versión electrónica del DRAE se actualiza y es gratuita, mientras que la de papel puede costar más de 90 euros.

Hablando de actualizar, que conste que los académicos lingüistas deben ser un poco lentos a la hora de escribir porque han tardado 13 años en hacer esta última edición del diccionario. Una de dos o son muy lentos o son muy concienzudos. No, estamos en España…

Ahora siendo sincera, todos (o al menos la mayoría) utilizamos en nuestro lenguaje habitual y cientos de veces al día palabras como guasapear, tuiter, tuit …, que, por fin, se verán reflejadas en este diccionario. Concretamente, más de 500 nuevos términos y habrá más de 93.000 artículos -más de 8.000 que la anterior, la de 2001-.

Entre las nuevas acepciones me han llamado la atención palabras como bótox y serendipia, que son imprescindibles. Y no estaban. De hecho me voy a buscarlas y, no están. Claro hasta mitad de octubre no las podremos encontrar. Yo, empecinada ante el fracaso me voy a Internet y llego a “wikipedia”, el gurú sabelotodo. ¿Tú ves?, sin papeles de por medio.
Con esto, quiero destacar que la Real Academia Española debe actualizarse habitualmente porque la sociedad lo demanda y, además, debe hacerlo acoplando las nuevas tecnologías porque en estos momentos en los que en un parpadeo han sacado una versión nueva de un teléfono móvil, que tengamos que ir a un enorme libro antiguo para el significado de una palabra, no es corriente.
Por cierto, según wikipedia una serendipia “es un descubrimiento afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta”. Pensadlo, ¡es el significado de la vida misma!.

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