Enrique Arias Vega, colaborador en Valencia News. Más fácil protestar que hacer

Valenciano Superstar

Algunos comentaristas conservadores se escandalizan de que Elena Valenciano sepa quién fue Jesús de Nazaret gracias al musical Jesucristo Superstar.

Pues eso es lo que hay. Seguramente todo lo que saben esos mismos comentaristas sobre Buda se debe al filme de Bernardo Bertolucci. Y si ignoran la peripecia vital de Confucio, Mahoma y otros pensadores religiosos es porque no se han hecho películas de éxito sobre ellos.

Esto es lo que hay, repito, en una sociedad cuya principal fuente de conocimiento es Wikipedia y que considera cultura a la gastronomía o a los chats en Internet.

De las declaraciones de la candidata socialista me han preocupado más otros detalles, como el de equiparar a Jesucristo, el Ché Guevara y Felipe González. Paso por lo de Cristo, de quien obviamente la señora Valenciano desconoce casi todo, pero el que tenga como referentes simultáneos a un violento aventurero irresponsable y a un político demócrata que abjuró pública y tempranamente del marxismo muestra un cacao ideológico notable.

Pero esto es lo que hay, digo, en una clase política que ha preferido vivir desde siempre a costa de su partido respectivo, el que sea, a seguir con sus estudios, primero, y ponerse a trabajar en la vida real, después.

Tras sus sucesivas declaraciones, lo que evidencia Elena Valenciano es que representa magníficamente a nuestros políticos profesionales. Su frase “dejé de estudiar porque me aburría” ofrece un penoso ejemplo a una sociedad que necesita la formación y el aprendizaje permanentes para adecuarse a una sociedad cada vez más cambiante y difícil.

Pero, claro, con políticos como Valenciano eso nunca lo conseguiremos.

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