Jesús Montesinos

Ximo Puig reina pero no gobierna

El socialista Ximo Puig ya luce como flamante presidente de la Generalitat Valenciana con los votos justos en las Cortes. Objetivo conseguido personal y políticamente. ¿Y ahora qué va a pasar? Pues que Puig va a reinar pero no a gobernar.

En principio eso simplemente es consecuencia del poder horizontal que actualmente se impone en cualquier entidad de gobierno. Hasta ahora el poder era vertical. Y así ha gobernado el PPCV de Alberto Fabra, lo sigue haciendo Mariano Rajoy e incluso es la tentación que tiene Pedro Sánchez oídos sus últimos discursos. Pero el poder vertical ya no es posible en una sociedad que pide participar en todo.

Puig aparentemente va a ser un precursor del poder horizontal. Lo que pasa es que el Consell de la Generalitat y también en muchos ayuntamientos valencianos las alianzas para obtener el poder de unos o de otros no significan necesariamente más participación de la sociedad. Solo que un partido político impone sus criterios al otro por aquello de conseguir los votos necesarios para reinar.

Puig va a reinar en el protocolo y en unas cuantas parcelas más, pero el gobierno de la Comunidad Valenciana dependerá de lo que quieran en cada momento Compromís y Podemos. Aún más. De lo que quieran Mónica Oltra y Antonio Montiel. Un cambio sustancial en la forma de ejercer la política que afectará incluso a la forma en la que los medios de comunicación hablan de política y sus protagonistas o a los interlocutores que los ciudadanos buscan para ejercer sus demandas.

En resumen:

1.- PUIG  DEBERA MIRAR CUANDO SALGA DEL DESPACHO.-

El President se conoce el Palau como pocos. Y sabe que es un lugar de intrigas y puñaladas de los propios. Hay que mirar a derecha e izquierda ante de cruzar el pasillo.

2.- DEMASIAD POSTUREO

Cuando no se puede o no se sabe gobernar la tendencia es recurrir al postureo.  Por ejemplo: decir a que denunciará a Madrid porque no financia a la Comunidad Valenciana. ¿Sabe el President quién está pagando ahora a los farmacéuticos? ¿Sabe quién es el principal acreedor de la deuda pública valenciana? ¿O va a lo que le digan sus socios?

3.- OLVIDO DE LAS REFORMAS PENDIENTES

Desde que Joan Lerma gobernó la Generalitat está pendiente una reforma de la administración autonómica. Pero pasan los gobiernos y nadie se atreve a meterle mano a este asunto. Demasiados intereses corporativos.. ¿Se atreverá a hacerlo Puig en la Generalitat?

Y lo mismo con las Universidades, la calidad en la enseñanza, los costes de la sanidad pública, inversiones públicas productivas y otras. Si no gobiernas eres prisionero de las renuncias de los otros a reformar lo que les incomoda.

4.- MUCHO NACIONALISMO DE BOQUILLA

Esa frase contundente “estamos hartos de ofrendas glorias a España” queda bien. Incluso hay mucha gente que la puede suscribir por el ninguneo de Madrid desde los tiempos de Albiñana.

¿Y qué hay después de eso? Una nueva versión de Vicente Doménech El Palleter? ¿Seguro que eso lo que la gente votó el 24 de mayo? ¿Es lo que quiere el President o lo que le imponen sus socios horizontales?

5.- ORGULLO VALENCIANO

La Comunidad Valenciana no es un pozo. Puede ser un problema, pero como dice Boira hace años que lo es. Aunque en peor pozo están Andalucía o Catalunya y no escucho a sus gobernantes llegar a ese extremo. Está bien como mantra ante las elecciones generales, pero a un President se le tiene que notar el orgullo no el desprecio. Ya se ha acabado la política de trinchera. Ahora hay que gobernar. O por lo menos reinar. ¿Lo podrá hacer Puig?

 

Jesús Montesinos

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