Y es que esta hinchada se vuelve loca

Por Paco Rausell. Ayer como cada día salí del trabajo y, como me suele suceder, de camino a casa venia pensando en lo de siempre, en el Valencia CF, y esta vez en algo que ya llevamos demasiados años esperando con ansia: el nuevo estadio.

Esta está siendo la temporada más complicada sin lugar a dudas que he vivido en ·CURVANORD·, al menos la más extraña y complicada por las dificultades que estamos teniendo para realizar cualquier cosa, y muchas de las que hacemos son juzgadas, rebuscadas y censuradas por gente y, atención a esto, que ni siquiera es del Valencia CF.

Han sido muchos los debates abiertos en torno a la grada de animación, su puesta en duda continua y las críticas recibidas, todas ellas de una forma muy sistemática y coordinada a través de las redes sociales. Y es que muchos no se han parado a pensar que hoy en día cualquier persona puede hacer uso de ellas, ya sea para bien o para mal.

Recuerdo que antes la información no era tan explosiva y por tanto las versiones se podían debatir con calma, al menos explicarlas y que luego se puedan juzgar.

Hoy os hablo del nombre del futuro estadio del Valencia CF, algo que debe ser tomado con la seriedad suficiente y el debido respeto hacia la institución que representará.

Ojalá pudiese conocer y saber con profundidad decisiones tan trascendentales a lo largo de la historia del Valencia, como el traslado de Algirós a Mestalla en el año 1923, aquellos momento de infancia de nuestro club. Estoy seguro de que en aquellos momentos el club era tratado entre algodones ante una masa social que desde el minuto uno quedo perpleja ante la potencia de ese nuevo club que daba sus primeros pasos. Por ello no creo que las decisiones fuesen tomadas sin el debido respeto que estas merecían, como hoy podemos ver.

No me entra en la cabeza el día que deje de ir a Mestalla y cambie de casa, no sé cómo reaccionará mi cabeza cuando llegue ese momento. Por mi congelaría el tiempo y seguiría yendo a Mestalla, no lo abandonaría jamás y durante mucho tiempo he pensado en la romántica idea de conservar su nombre para el nuevo, ¿Quién no ha mirado el recorrido de la acequia de Mestalla para tratar de dar sentido a un cambio tan importante en nuestra vida? Cuando lo abandonemos ya nunca más estaremos ahí.

Tengo cientos de dudas dentro de mi cabeza sobre este aspecto, pero tengo claro que una parte de Mestalla siempre estará guardada con un cariño irracional dentro de lo más profundo de mi cabeza; ante todo respeto por mi primera casa.

Le doy cientos de vueltas a todo, y ahora me remonto de nuevo al año 1923 y pienso en aquella gente y me planteo si a alguno de aquellos primeros aficionados, que en su mayoría no habían conocido este sentimiento desde pequeños, pues el Valencia CF no existía todavía, al contrario que nosotros que si lo hemos mamado, y no creo que nadie de ellos pensase en copiar o enfriar el nombre de su antiguo campo. No creo que a nadie se le pasase por la cabeza llamar al estadio actual de Mestalla “Nou Algirós”.

Y vuelvo al principio de esta reflexión, y no es mi intención sembrar polémica alguna, desde Curva, como siempre, nos tiramos de cabeza a la piscina haya agua o no. Se nos ocurre respetar al actual Mestalla y no hacer una oveja Dolly, de ahí nuestra propuesta de llamar al nuevo estadio “Regne de Valéncia”, por dar paso a una nueva historia por querer seguir adelante, por pretender preservar intacto ese viejo estadio de Mestalla, por mantener intacto en nuestra retina ese recuerdo de una parte fundamental de nuestra vida.

Proponemos un nombre para el estadio, y como os decía al principio, se monta una guerra civil. Una guerra que yo analizo por la importancia que aquellos que critican dan a CN10. A todos ellos se les olvida que somos al igual que algunos de ellos, aficionados de este club, y que como aficionados, y en este caso como agrupación, damos una idea con el afán de aportar, con la ilusión de ser partícipes de la historia del club más importante y el único que tendremos en nuestras vidas, pues nosotros jamás podremos tener otro, aunque nos obligasen a ello, y es que esta hinchada se vuelve loca y, por el contrario, ojalá todo el valencianismo hiciese como nosotros e intentase dar su opinión sin destruir o coaccionar la del resto. Ojalá el valencianismo, o parte de él, viese con claridad que no somos más que aficionados de este gran club, y el hecho de animar a viva voz no nos debe quitar el derecho a la opinión. Siempre seremos así y siempre aportaremos el máximo que esté en nuestra manos, porque una idea no debe convertirse en un ataque. A muchos les recomiendo que aporten ideas, pues el hecho de sólo juzgarlas priva a muchos de su libertad, de querer aportar de forma libre y sin pedir nada a cambio. No es lo mismo sugerir algo que exigirlo. Esto, muchos son incapaces de entenderlo. Estamos para sumar, no para restar.

Ya por último, pido una reflexión: algo tan nuestro como el nombre de nuestro estadio, no lo vendamos. Por mucho dinero que un naming proporcione al club, hagamos que el futuro campo tenga una identidad propia, de lo contrario de aquí a 92 años privaremos a nuestros herederos de adquirir esa herencia que nosotros si hemos recibido, como sí nosotros recibimos a Algirós y Mestalla.

Y es que esta hinchada se vuelve loca…

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