Al margen de la gran verdad del editor Lara –”la independencia de Cataluña es imposible y lo saben todos”- van apareciendo cosas que no se terminan de comprender muy bien. Duran i Lleida, líder de la U de CIU, un político generalmente bien valorado en las encuestas y cuyo principal problema es que a día de hoy no se sabe dónde está en el ensueño secesionista de Mas, ha dicho en el Parlamento algo verdaderamente contradictorio a Rajoy: “Si no es capaz como presidente del Gobierno de dirigir, de encabezar una respuesta de Estado, no simplemente de Gobierno, que agrupe al Gobierno, a los principales grupos de esta cámara, a las instituciones del conjunto del Estado, para dar respuesta a esta situación política de Cataluña que tiene un gran apoyo social, se va a encontrar, y no es ninguna amenaza, con una declaración unilateral de independencia que algunos van a aprobar en el Parlament de Cataluña”
Lo que no se entiende es que si Durán pide al presidente del Gobierno ese liderazgo, no empiece él mismo abandonando su coalición con Convergencia: o estamos o no estamos. Y si es Rajoy intenta agrupar, como pide Durán, a los grupos parlamentarios de la cámara ¿se entiende que su grupo se sumaría?
Y luego viene la segunda parte que no es ninguna amenaza: “se va a encontrar con una declaración unilateral de independencia que algunos van a aprobar en el Parlamento de Cataluña” ¿Y…? Imaginemos que ocurre eso. ¿Y entonces qué? Se declaran unilateralmente independientes ¿y qué ocurre exactamente el día de después? Naturalmente no me refiero al eco en los medios sino a la realidad cotidiana que es lo único que importa. Nada cambiaría salvo que en el diario de sesiones del Parlament quedaría constancias de que dos o tres grupos con la oposición del resto he decidido que Cataluña es independiente. Teorizar sobre lo que carece de sentido –y lo saben todos- empieza a ser ya muy cansino. Hay que cortar.
Comprendo que a Durán le preocupe y que Rajoy tenga que ejercer de Presidente del Gobierno. Pero mi respuesta a las palabras del líder de Unió sobre la posibilidad de la declaración unilateral, hubiera sido exactamente la que he escrito: “¿Y…?.