Yo diría / Yo digo

 

 

Mariano lo ha dicho en Nueva York. Tenemos que conseguir tres cosas:

  1. Que se recupere el consumo.
  2. Que dejen de caer los precios del mercado inmobiliario.
  3. Que se estabilice la deuda exterior.

Mientras tanto, Mario dice que, de todo el dinero que el BCE prestó a los bancos europeos a finales de 2011 y principios de 2012, ya le han devuelto el 63,5 %. Y luego ha añadido lo que todos sabíamos: que la mejora de la situación de financiación de los bancos desde verano de 2012 no se ha traducido en más créditos.

Cuando leo cosas sueltas, siempre intento unirlas de algún modo. A veces, no me sale. Otras veces, sí. En cualquier caso, discurro algo. Y presumo para mis adentros de que lo entiendo todo y me digo a mí mismo lo que va a pasar. Si alguna vez, por casualidad, acierto, me quedo feliz.

Hoy tengo sensaciones. No he puesto “vibraciones”  porque alguno de los que, llenos de buena voluntad, fueron a la presentación de la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos dijo que tenía “buenas vibraciones” y pasó lo que pasó. Voy a poner que hoy tengo “yo dirías”, y los pongo a continuación.

Yo diría:

  1. Que los precios del mercado inmobiliario aún van a bajar. Lo digo por los anuncios que veo a diario, incluido el del Santander (por eso de“díganos lo quiere pagar por él”, copiado, sin duda, de un letrero similar que hay en un local por el que paso muy a menudo). Lo digo también porque veo que los fondos buitre -perdón, fondos oportunistas- compran activos con descuentos hasta del 80 %…Bajarán los precios.
     
  2. Que la deuda exterior se estabilizará. Ahora estamos en 943.000 millones. Considerando que el PIB es un billón, la deuda representa el 94,3 % del PIB. (Realmente, el PIB es un poco más de un billón, pero así hago las cuentas de memoria y no me equivoco mucho.) Quizá subirá un poco, pero no demasiado. Llegará al 100 % del PIB. Ese día, las primeras páginas de los periódicos lo anunciarán con letras grandes. Al final, cuatro perras. Ahí se quedará la deuda.
     
  3. Que los apretones para la reducción del déficit seguirán. Porque en 2013 llegaremos a 63.000 millones y hay que llegar a 55.000 en 2014. Por eso no reduciremos la deuda. Bastante haremos con aguantar más impuestos y más recortes para llegar al objetivo de déficit.
     
  4. Que la prima de riesgo se mantendrá baja, lo que hará que los intereses sigan siendo “manejables”. Llegará a 220, punto básico más, punto básico menos.
     
  5. Que se avanzará en la unión bancaria europea y, después de otra visita de la troika, la supervisión de los bancos gordos de Europa pasará al BCE, lo cual hará que nos fiemos más de los bancos y que los bancos se fíen más unos de otros, y que cuando vayan al interbancario, se presten dinero con mayor facilidad y con intereses más bajos.
     
  6. Y esto hará que el famoso grifo del crédito se abra un poco y las empresas puedan conseguir créditos y no muy caros.
     
  7. Y que las hipotecas, ligadas  al Euribor, o sea, al interés que se cobran los bancos en el interbancario, bajarán. No mucho, porque la cláusula suelo ya se ocupará de mantenerlas presentables (para los bancos).

Y, como consecuencia de los dos puntos anteriores, el consumo se animará. Pero sin volver a hacer tonterías, que bastantes amarguras estamos pasando.

Una vez, dando clase en el IESE, dije varias veces “yo diría…” Uno de los participantes me cortó “¿por qué no lo dices?” Desde entonces no lo había vuelto a usar. Pues ahora, tampoco. Donde pone “yo diría”, poned, por favor, “yo digo”.

(¡Mira  que si acierto!)

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