Aceras que no habrás de pisar

500.000 euros no dan para atender al centenar de peticiones que las asociaciones de vecinos de la ciudad presentaron en noviembre. Y, de hecho, recientemente hemos conocido que el Consistorio ha decidido destinar esta partida a cuestiones de «emergencia social». Quedan así en el aire un largo listado de «pequeñas pesadillas del día a día» en diversos barrios y nos llama la atención una preocupación especial por sus aceras.

Por ejemplo, Malilla disfruta ya de nuevas en torno al nuevo polideportivo y Ruzafa estrena gran parte de las que les corresponde con el plan que se está llevando adelante en el barrio. Sin embargo, otras zonas tendrán que esperar y volver a pedir por ellas en futuras consultas de la administración para invertir futuros presupuestos participativos.

En Jesús echan de menos una remodelación integral de sus aceras especialmente en la avenida Gaspar Aguilar ya que, dicen, «el estado es lamentable y peligroso» y ni la presencia del hospital cercano da cierta tranquilidad para transitar… «Están muy parqueadas y con diferentes tipos de ladrillos y, por lo tanto, no guardan simetría in en altura ni en estética». Con este panorama, defienden desde la asociación vecinal, «se producen constantes tropezones» sin distinción de edad ni horario. También Monteolivete reclama «la renovación de todas las aceras del barrio».

En Tres Forques piden terminar la urbanización del paseo de la calle Gray Junipero Serra, entre las calles Torrente y Pérez Feliu. Se trata de una zona que los residentes desean utilizar de forma continuada como un punto de encuentro con espacios verdes que no ven cumplida, como también les ocurre con la plaza de Maguncia, para la que, de paso, reclaman una rehabilitación.

Patraix se suma a la lucha por las plazas y espera la urbanización de la Venerable Agnesio Beata Inés. También la Malvarrosa pide el acondicionamiento de las plazas Músico Moreno Eximeno y Músico Antonio Moreno Gans.

En Cruz Cubierta dan un salto a la cazada para la que piden «repintado y asfaltado», un plus para garantizar visibilidad para conductores y peatones a la hora de circular por las calles del barrio. En esta línea se sitúa el barrio de San José que también reclama y «con urgencia» la reparación del la acera en la calle Vicente Gaos porque «se está hundiendo», explican.

El Marítimo-Ayora espera -desde hace ya 30 años- la ampliación de aceras de la calle Ramiro de Maeztu (junto a la renovación de la calzada, arbolado, introducción del carril bici…). San Isidro también sueña con lograr las suyas más anchas. Y San Marcelino quiere que reasfalten las calles del Arzobispo Olaechea y Pío IX.

Zaidía todavía tiene algunas de sus aceras por finalizar y ello permite que camiones y vehículos estacionen en los espacios reservado para ellas. En alguna ocasión han ardido vehículos en estos puntos, indican desde la asociación, lo cual todavía supone más «peligro para los vecinos».

Por su parte, la profunda actuación que se está desarrollando en Ruzafa contrasta con estas carencias. No obstante, los vecinos echan en falta la «adecuación de la zona peatonal delante del mercado y la Iglesia de San Valero». Además, cada día aumenta más y más las dudas y comentarios a pie de obra sobre esta anchura de aceras por las que se ha apostado. De un lado se han reducido notablemente las plazas de aparcamiento. De otro, la apertura de locales y el aprovechamiento de las aceras como terrazas hacen impracticables muchos puntos para el peatón que se las prometía feliz sin sortear personas, carritos, vehículos…

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