Anna, la ruta de los Ojos de Agua

 

Anna o “Al-yanna”, así la bautizaron los árabes por ser una tierra fértil y rica, y sobre todo característica por sus numerosas fuentes, manantiales y lagos que convierten el paraje natural de la localidad en un tesoro para senderistas. Esta población, rodeada por la estribación montañosa del Macizo de Caroig, es rica en campos de olivos, naranjos y variedades de hortalizas gracias a las aguas que proceden de su río, La Albufera, Fuente de Marzo y Fuente Negra.

Esa belleza natural es apreciada por el turista que se adentra en sus senderos locales (SL), que parten de la Albufera y recorren los Gorgos, en otros lugares de interés paisajístico (franjas blanco-verde) y en dos sendas de Pequeño Recorrido (PR), PRV-113 de Abrullador-Fuente Negra y PRV-266 de Gorgos a Fuente Negra, marcadas con las franjas blancas y amarrillas.

 

Gran Patrimonio Cultural

En el núcleo de población y en las rutas turísticas el sonido más típico que escucha el visitante es el susurro de sus aguas atravesando el casco urbano y el paraje natural de la localidad. La zona más conocida es la Albufera, una laguna localizada a 1 km de la población, de cuyas profundidades emergen múltiples manantiales.

Esta área natural, rodeada de pinos y plataneros, es habitada por varias especies de la fauna autóctona como garzas, patos y ocas. Algunas de estas aves sobrevuelan otro enclave de Anna, la Fuente de Marzo, un pequeño lago donde tomar el baño y practicar la pesca donde está ubicada una antigua fábrica de tintes convertida ahora en casas rural.

Otro de los parajes relevantes es el “Camino de las Fuentes”, una ruta cuya salida está marcada en la Plaza del Surtidor y cruza un puente árabe, junto a la que se encuentra la Fuente de Abajo, y a un centenar de metros, la Fuente de Arriba, con sus cinco chorros emanando agua constantemente.

Los Gorgos de Anna

Siguiendo la senda se encuentra el Gorgo Catalán, un pequeño lago, y más adelante el nacimiento de la Fuente Negra, de cuyas aguas se alimenta el anterior enclave, y donde destaca su paisaje por el antiguo lavadero, que se restaurará gracias a una subvención del Plan provincial de Núcleos 2013 de la Diputación, y un puente de madera.

En el otro extremo de la población, una pequeña senda conduce al senderista al lago del Gorgo de la Escalera, conocido así por la escalinata de 136 escalones que marca el punto de acceso, donde los visitantes suelen tomar el baño.

En el último tramo de la ruta, está localizada la cascada de agua del Gorgo Gaspar, también llamado “Acequia Madre”, que recorre gran parte del casco urbano de la localidad y antiguamente era usada para generar energía hidráulica destinada a la industria local.

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