Artur Mas mantiene la consulta soberanista para 2014

El presidente de la Generalitat catalana ha afrontado desde el principio, en un discurso de 68 páginas, el polémico debate sobre la consulta catalana y, en primer lugar, ha subrayado que aprovechará «cualquier resquicio de diálogo» con el Gobierno, aunque aún espera a que Mariano Rajoy dé «respuesta» a si «el Estado acepta una consulta en Cataluña para conocer la voluntad del pueblo catalán».

«Si se acepta este principio democrático y se da respuesta a la voluntad muy mayoritaria de la sociedad catalana, entonces habrá que negociar y acordar el marco legal para hacerlo posible», ha explicado Mas, que ha agregado que si esto no se acepta, «¿entonces qué se puede negociar?».

Mas ha confirmado su hoja de ruta: celebrar la consulta en el año 2014, para lo que trabajará «incansablemente», tal como acordó con ERC, concretar la fecha, el contenido de la consulta y el «marco o marcos legales» a utilizar en un «triple acuerdo» entre todas las formaciones políticas a favor del derecho a decidir. Asimismo, Mas ha puesto como tercer punto de esta hoja de ruta celebrar la consulta de forma acordada con el Estado, «o como mínimo en un marco de tolerancia y, por tanto, en ausencia de conflicto jurídico».

«Si a pesar de nuestra inequívoca voluntad de diálogo y de acuerdo ninguna negociación con el Estado es posible, estoy dispuesto a utilizar como president todos los instrumentos democráticos y legales a mi alcance para facilitar que el pueblo de Cataluña pueda decidir libremente su futuro como país, incluida la convocatoria de elecciones», ha argumentado Mas, que enseguida ha dicho que «no es el escenario que deseo ni es lo mejor», tal como ya dijo en otras ocasiones en relación a unas elecciones plebiscitarias.

Pero ha redoblado su idea de que está dispuesto a llegar este último punto, «como último recurso si se pretende silenciar -ha añadido- la voz e impedir el voto de los catalanes». Mas ha desarrollado así, sin grandes novedades, su hoja de ruta soberanista, aunque a partir de un análisis de las relaciones entre Cataluña y España que parte desde el recorte del Estatut por parte del Tribunal Constitucional a las manifestaciones de la Diada.
Para Mas, la sociedad catalana «no se conforma, no baja la cabeza, no se cruza de brazos».

«El país está vivo, muy vivo. Y reacciona. Se moviliza. Está cansado de una relación con el Estado a la que no le ve futuro, en las condiciones actuales. A riesgo de equivocarme, les traslado mi percepción: Cataluña siente afecto por España, se la aprecia; pero ya no confía en el Estado español», ha concluido Mas, que cree que Cataluña esta «ilusionada por un futuro diferente y mejor».
 

Ir arriba