Caída cartel sobre Ximo Puig

Batacazo histórico del PSPV y Puig hace oídos sordos

Como si con él no fuera la cosa. Tampoco con su entorno. El mensaje de victoria que la formación socialista valenciana ha lanzado desde el segundo uno que contempló la posibilidad de conformar gobierno en la Generalitat y los principales municipios de la Comunitat ha sido machado constantemente. Pero no por mucho repetirlo, piense que puede engañar la voluntad expresada libremente este pasado domingo.

No hay más ciego que aquel que no quiere ver. Echar la vista hacia otro costado. Hacer como que no él no va la cosa… Y así podríamos seguir acogiéndonos a dichos y frases hechas un buen rato hasta hacer bajar del Olimpo a un Ximo Puig que se cree -o hacen creer- que los socialistas sólo tenían un único punto de programa electoral: acoso y derribo al PP. Sólo así podría entenderse el puntapié que ha recibido el exalcalde de Morella.

¿Eso es lo que ofrece al Secretario General de la formación estatal? Pues pocos Ximo Puig querría Sánchez a su alrededor. Casi que mejor dejar pasar el cáliz y que siga brindando con Susana Díaz.

Con datos en la mano, con una objetividad impoluta, Ximo Puig debería -o por lo menos sus militantes después de aterrizar de los cielos- hacerle ver que de la mano del morellano, el PSPV ha obtenido los peores resultados de toda su historia en nuestra Comunitat. ¿A caso los miembros de su formación en exponencial descomposición van a perdonárselo todo por tocar el poder? Pues ya tiene trabajo Santa Lucía. ¿Los cadáveres que Puig ha dejado en las cunetas van a pasar por alto la debacle sufrida con la vuelta al frente de batalla de la vieja guardia socialista?

No quiero creer que la hipocresía sea la venda con la que todos se dejen-quieran tapar los ojos.

A la hora de jugar sus cartas Compromís tiene que usas estas bazas para evitar que sea Puig quien lidere el Consell. Si el criterio que los socialistas abanderan para ello es ser, de todas, la formación más votadas. El retruque nacionalista no debe ser otro que recordarle que mientras Compromís ha multiplicado por tres el apoyo de los electores, el PSPV-PSOE ha sido capaz de seguir cayendo en picado y conseguir su mínimo histórico. De la formación del puño y la rosa ha huído un tercio de sus votantes. El pueblo ha depositado en la coalición naranja su esperanza, se lo ha arrancado a la roja. Entre ambos puede sonar importante decir que distan 4 diputados, pero este argumento se diluye en contabilizarlo en  50.000 papeletas cuando las que en total se sumaron el domingo fueron 2.500.000.

Ante esto, a líder socialista debería luchar y salir vivo de dos crueles batallas. Justificar ante su estructura estatal y valenciana haber sido el capitán que les ha hundido más si cabe en el lodo y cómo justificar y convencer con estas cifras a Compromís y Podemos de que es él y no Mònica Oltra la persona legitimada liderar el Consell.

Aire, y no mucho, es el que le hace falta a Ximo Puig para que se desinfle la alegría y caras amables ante un cambio de gobierno en la Generalitat. Puig se ve de President, pero se ha lanzado al río sin antes guardar su ropa.

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