El BLOC, la marca del Bloc Nacionalista Valencià, el principal partido que conforma Compromís, vivió el pasado fin de semana su Séptimo Congreso, tal vez uno de los más importantes que ha vivido la formación, a tenor de que es la primera vez que el partido nacionalista tiene un destacado papel en el Consell de la Generalitat Valenciana. A este respecto, algunos de sus baluartes más destacados son: Vicent Marzà, conseller de educación, Rafael Climent, conseller de economía, los diputados del Congreso Joan Baldoví y Marta Sorlí, el eurodiputado Jordi Sebastià o el President de Les Corts, Enric Morera.
Precisamente es este último, – Morera- quién, debido a haber llegado al tope de años que marcan sus propios estatutos, abandonó el cargo de Secretario General del BLOC en favor de Àgueda Micó, responsable hasta ahora de la organización interna del partido, la cual será ahora la nueva coordinadora general tras alcanzar un acuerdo con su principal rival interno, Rafael Carbonell, otro histórico nacionalista natural de la localidad de Alcoy, y actual jefe de gabinete del conseller de economía Climent.
El informe sobre la gestión de Morera recibió 420 votos a favor, 11 en contra y 105 abstenciones. La candidatura conjunta de Micó y Carbonell, gestada en el último minuto tras días de intensas negociaciones, y reticencias en ambos sectores, cosechó un apoyo del 83% de los afiliados que acudieron a la cita, celebrada en los recintos de Feria Valencia. Traducido en votos, la candidatura conjunta contó con el apoyo de 848 votos a favor, 134 abstenciones y 41 nulos.
Algunos de los principales dirigentes, actuales y pasados, de la formación, celebraron el acuerdo alcanzado entre las dos corrientes internas del BLOC, en lo que calificaron de un “congreso histórico”, en palabras de la nueva coordinadora, Àgueda Micó. A la clausura del acto se desplazó Mónica Oltra, quien pese a no ser parte del BLOC, sino de Iniciativa del Poble Valencià (la otra pata de Compromís), felicitó a los asistentes por el consenso alcanzado y afirmó que, “nos habéis tenido el corazón en un puño”, en referencia a las tensiones internas previas al cónclave de los nacionalistas.