Decenas de manos se dedicaron a tejer al unísono durante la tarde de este jueves. A la cita, convocada por varias redes sociales, acudió un nutrido grupo de mujeres tomando como armas madejas de lana y como aliada, la solidaridad.
El objetivo era juntar cuantos más esfuerzos mejor para producir tantos cuadraditos de ganchillo como fueran capaces. Todos ellos se convertirán próximamente en mantas «que serán repartidas con la llegada del invierno entre las personas de Valencia que duermen al raso», explicaron desde la organización.
Aprender un nuevo arte para muchas de las participantes fue el segundo aliciente y el punto de encuentro, sin duda, otro. La sesión tuvo lugar en Canguro Verde, uno de esos lugares con encanto del barrio de Ruzafa muy sensibilizado con la maternidad y las causas justas, puesto que desarrolla un programa de actividades (didácticas, formativas, lúdicas, sociales…) que tocan la fibra y contribuyen al conocimiento y la conciliación familiar.
Detrás de esta iniciativa está Tejido Social Valencia, un grupo de mujeres que trabaja sin descanso para conseguir confeccionar cientos de mantas para los ‘sin techo’ antes de que llegue el invierno. Están realizando una ruta de talleres de iniciación al crochet por distintos puntos de la ciudad, aportando materiales para la causa. Las participantes tan solo tienen que ceder las creaciones que hayan logrado al cabo de la tarde de actividad.
Si algún interesado o aficionado a este noble arte y mejor fin desea participar pero no puede acudir, también les puede hacer llegar sus tejidos.
La próxima cita será el sábado 28 de septiembre en el barrio de Benimaclet, llamado Fusionarte. De 12 a 14 horas, estará abierto a todos los públicos. Toda una fiesta creativa e itinerante, tan espontánea como sincera, que verá sus frutos muy pronto.