Manifiesto del colectivo poetes festius valencians

División en la RACV ante la votación de la declaración conjunta con la AVL

El espacio matinal de NewsFM, Bon Dia Valencians, -el programa dirigido y presentado por Fran Raga-, volvió a analizar un día más la actualidad política y social más importante del momento en la Comunitat Valenciana. Como cada martes, Simón Alegre, Doctor en Ciencias Políticas, Paco Barberá, ingeniero y emprendedor, y Amparo Arona, representante de Som Valencians, acudieron a la mesa de debate, que trató, entre otras cuestiones, la polémica surgida en la RACV sobre la votación de la declaración conjunta con la AVL, los datos de paro entre los jóvenes valencianos, o la recogida de firmas de los comerciantes del Mercado Central de Valencia contra las políticas de movilidad del equipo de gobierno de Joan Ribó.

Uno de los principales temas analizados fue la votación vivida en el día de ayer en la Real Acadèmia de Cultura (RACV), a través de la cual la centenaria institución, defensora de la idiosincrasia de la lengua valenciana, se acercará a la Acadèmia Valenciana de la Lengua, la cual, no reconoce la independencia de la lengua valenciana como idioma frente a otros como el catalán. Todos los contertulios criticaron la presencia de políticos, de Compromís y Podemos, en representación del Ayuntamiento de Valencia y la Diputación, en el seno de la RACV, algo que les corresponde como representantes de las instituciones pero que, según la opinión de los invitados, no responde a una coherencia ideológica a tenor de que Compromís siempre ha sido contrario a las tesis defendidas por la RACV.

 

La votación, en la que estuvieron presentes los representantes de Compromís, Xavier Rius y Glòria Tello, y en la que el decano de la RACV, Federico Martínez Roda, tuvo que utilizar su voto de calidad ante el empate generado, tiene una vital importancia a tenor de que supone un fuerte acercamiento entre ambas academias, en un paso más hacia el reconocimiento total de la AVL como  único ente normativo del valenciano.

A este respecto, Amparo Arona (Som Valencians), afeó la politización del tema y recordó que, “la lengua es del pueblo, no de ninguna academia, y se seguirá usando tal cual es mientras haya padres que la transmitan a sus hijos”. Por su parte, Simón Alegre apostó por un modelo más cercano de normativa que permita la ‘pervivencia’ del valenciano como idioma, frente a la desvirtuación que supone, según su criterio, la utilización de formas ajenas a los hablantes valencianos. Finalmente, Paco Barberá lamentó la mella que todo este conflicto genera en los hablantes de la lengua, y criticó que, en su opinión, todo esto servirá para seguir ahondando en el adoctrinamiento en el nacionalismo educativo en las escuelas públicas valencianas.

 

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