Editorial. ¡Farolas para todos!

No solo sabemos que se acercan unas elecciones por el aumento del tono en los políticos y por la hipérbole desmedida de sus promesas, también, o sobre todo, por la pequeña obra de remodelación o adecentamiento de las vías públicas, parques, jardines, alumbrado y demás equipamiento urbano. Y es que los regidores de la cosa pública se suelen reservar una parte del presupuesto para estos menesteres. Es un mal y un error que sin diferencia del color político de quien gobierne, se produce en todos los municipios. ¿Pero a quién quieren engañar?, estamos convencidos que a los ciudadanos no. El votante tiene en la memoria todas aquellas actuaciones que por acción o por omisión le ha hecho la vida menos agradable. Desde lo más nimio, a los grandes casos de corrupción, cuando no de saqueo de las arcas públicas. Y eso unas cuantas papeleras o farolas nuevas no lo puede borrar.

 

Si las vías públicas necesitan actuaciones, háganse, pero no solo en estas fechas. Debemos juzgar a nuestros gestores públicos por su trabajo durante cuatro años y no por su proceder en las tres o cuatro semanas más próximas a la cita electoral. Por favor, no nos traten de estúpidos.

Los comentarios están cerrados.

Ir arriba