Mientras sigue la tormenta interna en el PP con un Alfonso Rus encastillado en el Palau dels Scala, a pocos metros del despacho del presidente del Consell, los demás partidos, a la suya. Aunque todavía no se ha iniciado la campaña, los partidos que aspiran a formar parte del gobierno valenciano, poco a poco van dando a conocer sus intenciones. Mònica Oltra, la cabeza de lista por Compromís a les Corts, plantea una reflexión que se antoja muy acertada. Afirma que si los partidos que entablen conversaciones para formar un gobierno alternativo al de Alberto Fabra, no son capaces de entenderse, no merecerán estar en el Consell. Y es que si teníamos asumido que la próxima legislatura será la del diálogo, la del acuerdo, la de los pactos, parece que también será la de trellat.
Mano izquierda frente a rodillo. Capacidad de cesión frente a imposición. Y además: luz y taquígrafos, ventanas abiertas y transparencia en la gestión de la cosa pública. Este posicionamiento en el que parece no estar solo Compromís, será positivo al obligar a moverse a los partidos que hasta el momento nos han gobernado a los valencianos. Cosas de la llamada nueva política. Veremos los resultados, pero seguro que el ciudadano lo agradece. Da la impresión que por fin nuestros políticos prefieren convencer a vencer. Bienvenido sea este nuevo punto de partida.