Rafael Blasco ex conseller de Cooperación

Editorial. Nepal, cooperación y corrupción.

La desgracia de Nepal despierta rápida y afortunadamente la solidaridad ciudadana. Como en otras ocasiones, el Primer mundo se vuelca más si cabe cuando la tragedia se produce en un país con dificultades económicas. Así pasó con el tsunami de Tailandia o el terremoto de Haití. Pero en ocasiones no es suficiente y esta reflexión nos permite abrir el debate sobre si prestamos suficiente ayuda o solo acallamos nuestras conciencias al ocurrir estos infortunios. Sí, nos valen para instalar nuestras factorías con salarios de miseria, pero no para ayudar que a sus ciudadanos dejen de tener unas condiciones de vida que en muchas ocasiones rallan el oprobio.

Pero además, al hablar de cooperación internacional, no podemos evitar recordar el comportamiento que a tenor de lo que vamos sabiendo de la primera pieza judicial del Caso Cooperación, tuvo el exconseller con un dinero destinado a los más desfavorecidos. Y es ahí donde debemos poner el foco. Los partidos políticos están expuestos a que se les “cuelen” este tipo de personas que tienen por objetivo servirse de la política y no servir a la ciudadanía. Pero tal vez el caso es más sangrante si recordamos que Rafael Blasco ya fue expulsado del PSPV-PSOE por verse implicado en asuntos turbios. Y aun así, el PPCV le abrió sus puertas. Y eso es lo que nos preocupa a los ciudadanos, la buena gestión del dinero público. La exigencia es bien clara: los partidos deben orquestar fórmulas de control continuo sobre sus cargos públicos para evitar que estos los metan a ellos en problemas, pero además son responsables del buen o mal uso de los recursos públicos.

Ir arriba