El concejal condenado por conducir ebrio deja el PSPV pero no el acta

La condena por conducir bajo los efectos del alcohol al concejal del PSPV en Castellón Juan María Calles ha sido la gota que ha colmado el vaso y ha desatado la crisis en el grupo socialista de la ciudad. Calles solicitó la baja voluntaria del partido aunque este martes anunció que no dejará su acta de edil «para no ceder al chantaje ni presión» de sus propios compañeros.

Calles, sometido a un control de alcoholemia el pasado 19 de marzo, fue sancionado con una multa de 1.200 euros y ocho meses sin carnet de conducir por triplicar la tasa de alcohol. El concejal explicó que había pedido la baja como afiliado del PSPV ante el «ultimátum» que, según dijo, le habían trasladado tanto el grupo socialista en el Ayuntamiento como la ejecutiva local.

Ya fuera del grupo socialista, Calles ha roto el silencio que había mantenido, afirmó, «por respeto y disciplina de partido». Pero al parecer la petición de dimisión de sus compañeros no era «nueva ni sobrevenida», sino que se remonta a los malos resultados obtenidos en las elecciones de 2011 por la candidatura que él mismo encabezó. Los socialistas de Castellón exigían responsabilidades a él y al fallecido Mario Edo. «Nadie más se ha sentido responsable de aquellos resultados electorales», lamentó.

Calles se excusó en que los malos resultados de aquellas elecciones se produjeron en todo el PSOE y «en la práctica totalidad del territorio español». De hecho, apuntó al grupo municipal de Valencia para afirmar que los resultados en la capital fueron «catastróficos». Por todo ello habló de una «étca selectiva» en su partido, que tiene un doble rasero según el caso.

El concejal de Castellón y ex subdelegado del Gobierno en la provincia no se dejó nada en el tintero. Calles criticó el boicot del PSPV a su campaña electoral, en la que hubo una «muy escasa presencia e implicación» de sus compañeros. Y apuntó directamente a la portavoz del grupo municipal, Amparo Marco, número dos de la candidatura y que no estuvo «ni siquiera en el acto de cierre de campaña».

Durante estos tres años denunció haber sufrido un «acoso político y personal» con el que, aseguró, muchos cargos públicos han mostrado su desacuerdo. En respuesta a esa maniobra de «aislamiento y vacío», Calles afirmó que seguirá como concejal no adscrito. Para evitar que Amparo Marco «usurpe una representación que ni ganó sometiéndose a unas elecciones, ni mereció por haber boicoteado la campaña». Así se lo ha trasladado ya al alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, al que agradeció su comprensión.

En su nueva situación como concejal no adscrito, Calles avanzó que denunciará las políticas del Gobierno local que considere «inapropiadas, ineficaces e injustas», pero también vigilará a los ediles de los demás grupos, con especial atención a Amparo Marco. A un año de las próximas elecciones autonómicas y municipales, aseguró que no se presentará y que tampoco se afiliará a ningún otro partido político.

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