El futuro de la ciencia a ritmo de música

Aparte de esa reclamación, especialmente significativa en una institución que sufrió en 2011 un ERE con 113 despidos, el fin último de esta iniciativa son los 3.000 euros de premio que una empresa farmacéutica dará en octubre al laboratorio, centro de investigación o universidad que grabe el «lipdub» más exitoso en internet con el catálogo de sus productos como eje narrativo, según han explicado a EFE fuentes del CIPF.

El «lipdub» es una tipo de grabación, muy popular ya en portales como YouTube, que consiste en un grupo de personas que sincronizan sus labios, gestos y movimientos con una conocida canción, en este caso la pegadiza «Good time» de Owl City y Carly Rae Jepsen.

El vídeo acumula más de 4.000 reproducciones en apenas tres días. En sus cuatro minutos se sucede una ininterrumpida coreografía festiva que arranca en el área de laboratorios, recorre buena parte de las instalaciones y finaliza en el patio principal del edificio, situado junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El número aproximado de improvisados cantantes y bailarines del CIPF asciende a unos setenta pero la cifra global de participantes en el videoclip está entre las 150 y las 200 personas, según ha señalado a EFE la responsable del proyecto y recepcionista del centro, Pilar Fortea.

Fue un comercial de una firma farmacéutica quien le comentó hace un par de meses la convocatoria de este concurso y ella, por la idiosincrasia del trabajo que desempeña desde hace siete años, no dudó en, primero, pedir permiso a la gerencia del centro para poder llevarlo a cabo y, después, empezar a sondear entre sus compañeros sobre la viabilidad de esta iniciativa.

«Todos me dijeron que sí. La gente se fue volcando con el tema y dando ideas» para el recorrido, el «atrezzo» y los guiños a la ciencia o a la procedencia de trabajadores y estudiantes en prácticas.

El vídeo es un plano secuencia lleno de pelucas y gafas postizas, batas blancas, caretas de ratón de laboratorio, globos-bacteria, abanicos de colores, pelotas de Pilates con los lemas «La ciencia es futuro» y «La ciencia es evolución», tricornios de la Guardia Civil, juegos malabares, guitarras inflables, pompones, mascarillas, camillas, flotadores y patines.

Y como es verano se ve hasta una bañista y a unos hawaianos bailando en una de las terrazas, sin olvidar una sucesión de banderas portadas por trabajadores o estudiantes oriundos de Colombia, Brasil, Argentina, Montenegro, Francia, Marruecos o Italia. «El inglés y el estadounidense fueron muy tímidos y no quisieron salir con sus banderas», recuerda Fortea con humor.

Ha sido un mes de preparativos, dos días de ensayo general y uno más para la grabación, que tuvo lugar el pasado jueves, para enviarlo enseguida al concurso.

En el CIPF saben que ganará el vídeo más visitado en YouTube pero tienen claro cuál ha sido ya su premio: «La gente está feliz con el resultado; moralmente ya hemos ganado porque hemos hecho mucha piña«, señala orgullosa la realizadora, aún abrumada por el hecho de que le feliciten incluso los importantes investigadores a los que pasa llamadas a diario.

«Todos queremos que esto vaya adelante pese a los problemas actuales y cada vez mayores que sufre la investigación«, añade Fortea, quien insiste en reivindicar el papel de futuro de la ciencia y la investigación en general y de centros como este en particular.

El CIPF fue creado en 2004 como la mayor apuesta de la Generalitat para impulsar la investigación biomédica pero su tendencia cambió cinco años más tarde por una reducción de las ayudas destinadas al mismo, tanto desde el Gobierno central como del autonómico.

En 2011, el funcionamiento de sus infraestructuras era «imposible de asumir con un modelo de gestión que no facilitaba la investigación«, según ha reconocido su directora general, Rosa Valenzuela, por lo que la institución entró en quiebra.

En noviembre de ese mismo año se aprobó un ERE por el que fueron despedidas 113 personas y se pensó entonces en poner en marcha un nuevo modelo organizativo y plan estratégico para hacer el CIPF sostenible, más eficiente y productivo. 

 

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