El Misteri d’Elx, una cita con la historia

 

 

La «Vespra» y la «Festa«, como así son denominadas las dos partes en las que se divide esta representación sacra, escenifican la muerte, asunción y coronación de la Virgen. Este drama sacro-lírico, que entre los años 1545 y 1563 fue prohibido por el Concilio de Trento, logró hace doce años la declaración de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad otorgada por la UNESCO.

Según los investigadores, comenzó a representarse en el siglo XV, pero después de decenas de años de escenificación, a mitad del siglo XVI, el Concilio de Trento lo prohibió.

Fue necesaria la implicación de los ilicitanos y las entidades religiosas locales a la hora de demostrar su devoción y culto a la Virgen María para que en 1632 el Papa Urbano VIII otorgara un permiso o bula especial para que el Misteri d’Elx volviera a representarse.

Buena parte de esta devoción se debió a la tradición de culto que en pleno siglo XV se desarrolló en muchas lugares de España hacia los denominados Evangélicos Apócrifos, unos textos que adentraban a los creyentes hacia la figura de la Virgen María, especialmente en lo referente a su muerte, asunción y coronación como madre de Jesucristo.

El Misterio de Elche, además de ser un drama sacro cantado con raíces medievales, es el único en sus características que ha mantenido sus orígenes en el conjunto de Europa, a pesar de haberse convertido para algunos en un evento cultural y turístico.

Sin embargo, es mucho más para los ilicitanos, cuyo sentimiento religioso les lleva cada año a contemplar su representación. Por tradición, aunque existen salvedades, su escenificación tiene lugar los días 14 y 15 de agosto, justo en los días en los que se celebra la festividad de la Asunción de la Virgen.

Hoy, se desarrolla la «Vespra», donde se representa la muerte y subida al cielo del alma de la Virgen. Mañana, llegará la «Festa», en la se escenifica su asunción y coronación, todo ello enmarcado en una representación en la que destacan los textos y la música.

Así, el texto de la representación está escrito en valenciano con la excepción de un salmo y algunos versos que están recogidos en latín, mientras que la música abarca diferentes épocas, ya que se hallan piezas medievales, renacentistas y barrocas.

La Magrana, artilugio destinado a descender desde el «cielo» del templo al ángel que le comunica a la Virgen su próxima muerte y asunción; el Araceli, donde se transporta a cinco actores ataviados de ángeles, y el Andador, pasillo que escenifica el camino espiritual que realizan todos los personajes, son algunos de los elementos escénicos que componen este drama.

Los preparativos del Misterio comenzaron el pasado mes de julio con la elevación de una tela azulada -de unos 120 kilos de peso y que simula el Reino de los Cielos- hasta la bóveda interior de la cúpula del templo, a unos 27 metros de altura.

Como actos previos a la representación oficial también figuran la tradicional «Prova de Veus», en la que los niños cantores ponen a prueba sus voces; la puesta a punto de los aparatos aéreos, como la Magrana y el Araceli, que suben y descienden desde lo alto de la cúpula, y tres ensayos generales

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