«El proyecto para hacer el Bulevar San Pedro en El Cabanyal es perfectamente viable«. Con estas palabras respondió el vicealcalde Alfonso Grau a las últimas declaraciones de los socialistas y un día después de la multitudinaria manifestación dominada por la presencia de asociaciones y entidades cívicas por encima de representantes políticos que tuvo lugar en el barrio.
Es más, apostilló: “lo que está haciendo este equipo de Gobierno es precisamente intentar el desbloqueo de la actual parálisis causada por la ex ministra socialista González Sinde, y por ello se ha conseguido el acuerdo entre Ayuntamiento, Estado y Generalitat para intentar desbloquear la situación”.
El portavoz municipal del PSPV instó al equipo de Barberá a sacar una «rentabilidad social» a los 13 millones de euros reservados en el Plan Confianza y que el Ayuntamiento prevé destinar a la ejecución del bulevar y la adquisición de viviendas para su derribo, según se aprobó en la última Junta de Gobierno Local.
Los socialistas apostaron por destinarlo a «la rehabilitación de casas en El Cabanyal y a proyectos de revitalización social y comercial que mejoren la actividad económica y sirvan para crear empleo» ya que consideran «inviable» dicho bulevar que «que nadie ha pedido» y supondría «un despilfarro del dinero público intolerable».
En contraposición de este argumento, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, también aseguró este lunes que el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Cabanyal «sigue igual y adelante», y que se trata de un documento «aprobado por la mayoría absoluta» de los vecinos.
«El proyecto sigue igual, adelante, está aprobado por la mayoría absoluta de los habitantes del Cabanyal, de los que viven en el Cabanyal», continuó la alcaldesa. Ese respaldo se ha dado, «incluso, por mayoría absoluta en las mesas de las calles que estarían en la prolongación” de la Avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, incluida en el Pepri. Seguir trabajando en esa línea es, por tanto, «cumplir sin defraudar» en su mandato.
De hecho, en los días previos a la manifestación del pasado domingo Barberá llamó la «tranquilidad y esperanza» a los vecinos. El discurso del PP, por tanto, defiende «la estabilidad y normalidad» frente a «la discordia permanente y la algarada permanente en la calle».