Detención de Serafín Castellano por la investigación de amaños a empresas

El rifle de Castellano, con una factura modificada

El rifle de Castellano, con una factura modificada. Este lunes, el propietario de una armería de la localidad valenciana de Sagunto ha declarado ante el juez que fue el exgerente de Avialsa, Francisco Alandí, quien le encargó un rifle para el exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana y exconseller de Gobernación y Justicia, Serafín Castellano, con una factura modificada.

El dueño de la armería saguntina ha prestado declaración en calidad de testigo en el Juzgado de Instrucción número 2 de Sagunto, que instruye la querella interpuesta por Avialsa, cuyo presidente es Vicente Huerta, contra el exgerente de la entidad por presunta estafa continuada.

De manera paralela a este procedimiento, existe otra causa abierta por presuntos delitos de malversación y prevaricación, entre otros, en el que hay 10 imputados, entre ellos, el propio Serafín Castellano y Vicente Huerta.

Al testigo se le han exhibido este lunes diferentes documentos y facturas con conceptos distintos, entre ellos, escopetas, según consta en la declaración a la que ha tenido acceso Europa Press. Ha indicado que tanto Alandí como Huerta son clientes «habituales», se llevaban el material, y luego desde la oficina le decían los conceptos por los que tenía que facturar.

Ha especificado que quien habitualmente efectuaba los encargos era Alandí, y que luego éste le indicaba que ‘Pili’ le diría por qué conceptos y a qué empresa se tenía que facturar. En el caso del rifle de Castellano, inicialmente ha declarado que fue Alandí quien encargó y retiró el arma.

Al final de su declaración, ha añadido de manera espontánea que recuerda que fueron Alandí y el exconcejal de la localidad valenciana de Quartell, el popular Emilo Máñez, a elegir el rifle, y le dieron documentación de Castellano para su registro.

CACERÍAS

El testigo ha señalado que el exgerente de Avialsa y, en ocasiones, Máñez le comentaban que iban a realizar una cacería y necesitaban cartuchos, y según el tipo de caza se le preparaban un tipo de cartuchos u otros, los cuales «se agrupaban en una factura».

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