El trasvase, los políticos aragoneses, y la prensa valenciana

Toda España se acuerda estos días del trasvase del Ebro que el Plan Hidrológico Nacional de tiempos de Aznar contempló como ayuda a los problemas de sequía de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. El Plan incluía mejoras previas para el regadío en Aragón, y una amplia reserva ecológica por debajo de la cual nunca se trasvasarían aguas a su proyectado destino. El cambio político en España, con la llegada al poder de Rodríguez Zapatero y su entente con ERC, rompió el acuerdo del PP con CiU que sacó adelante inicialmente el PHN. Con posterioridad las fuerzas políticas de Aragón, con los regionalistas CHA y PAR a la cabeza empujando al PP, blindaron en su estatuto que de ninguna manera habría trasvase en el futuro sin tener en cuenta las necesidades de generaciones de aragoneses aún no nacidas y, por tanto, imposibles de cuantificar.

Desde entonces, cada vez que el Ebro se desborda, la latente evocación de aquel proyecto se antoja inevitable en el imaginario popular valenciano, murciano y andaluz, a la vez que se manifiesta de forma patente en las airadas y verbalmente violentas y amenazantes réplicas aragonesas.

Lo apunta el flamante cronista oficial de Valencia, Francisco Pérez Puche, en su columna en Las Provincias titulada “Lo Correcto”, que comienza así: “las inundaciones que la tercera gran avenida del Ebro está causando en sus riberas convocan a las grandes cadenas de televisión. Es el momento en que he vuelto a añorar a nuestro llorado Canal 9 que, de existir todavía, estaría allí también, al pie del cañón, para preguntar con incorrecta agudeza, sin prejuicio alguno, si «no cree usted que esto es un despilfarro de agua que habría que trasvasar hasta Valencia»”.

El actual director de ese diario, Julián Quirós, extremeño, apunta en su Facebook que “ya pueden darle vueltas, pero este sinsentido no se entiende”. Y reproduce a continuación un artículo de su diario titulado “El Ebro vierte al mar en 16 horas tanta agua como consume Valencia en un año”. En dicha pieza se explica que “tras las últimas precipitaciones en el centro del país, por la desembocadura del río pasan unos 1.500 metros cúbicos de agua por segundo, según fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Con semejante caudal, bastan sólo 16 horas para que se pierda en el mar una cantidad de agua similar a la que consume la ciudad de Valencia a lo largo de todo un año”.

Otro diario, la edición valenciana de ABC, ofrece dos datos más, en forma de titular, harto elocuentes: “de las 10.000 hectáreas anegadas por el Ebro a las 10.000 hectáreas sin riego en Valencia”, y, éste ya firmado por el periodista Alberto Caparrós, “El agua que vierte el Ebro al mar en una semana llenaría seis embalses valencianos”.

Aclara el rotativo que 10.000 hectáreas es “el equivalente a 10.000 campos de fútbol”, para que nos hagamos una idea de la magnitud, y que en la Comunidad Valenciana las restricciones al riego afectan, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), a más de 12.000 agricultores, con restricciones de agua para regar sus campos de hasta un 85% en algunas localidades.

Para ABC “la mitad de los pantanos de la región se quedan sin reservas mientras los del río más caudaloso de España desperdician en siete días 54 hectómetros cúbicos”, mientras que el Gobierno prepara sendos reales decretos con medidas contra la sequía que supondrán restricciones al uso del agua en un área de más de siete millones de habitantes (entre los que se incluyen los cinco millones de valencianos)”.

“Como ejemplo, con el agua que desperdicia el Ebro al ir directamente al mar o en las fugas de su embalses, se llenarían seis pantanos de la Comunidad Valenciana que en la actualidad apenas cuentan ya con reservas o están secos (Algar, Amadorio, Regajo, Buseo, Crevillente y Tibi), que apenas acumulan 837 hectómetros cúbicos, lo que supone poco más del 34 por ciento de su capacidad”.

Por lo que respecta a los diarios del Grup News, su Director de Información, Vicente Climent, publicó el pasado domingo la columna titulada “tres tuits y cuatrocientas respuestas”, en la que criticaba a los políticos aragoneses -como resume en su Facebook- “que tienen en un ay a miles de impotentes vecinos que sufren la crecida, por no preverla, no limpiar el cauce, no desembalsar a tiempo, y por negarse a trasvasar nunca jamás. Mi solidaridad con los afectados. Los de allí, y los de aquí”, concluye.

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