Las elecciones son en Mayo, o sea, dentro de cuatro meses. Y, como se preveía, tras el período navideño, esto se mueve.
Se mueve el PSPV, trayendo a Pedro Sánchez a la Comunidad las veces que haga falta (falta una conferencia este próximo lunes y una convención autonómica) para que pensemos que los socialistas harán a los valencianos el caso que los populares no están haciendo en el Gobierno de España. Financiación autonómica incluida, y Zapatero a tus zapatos que de eso ya no me acuerdo.
Se mueven las encuestas, que ya reflejan un efecto rebote que le quitará voto cabreado a la opción ideal de Podemos y se lo dará a la real de Cuidadanos como se lo podía haber dado a UPyD si no fuera por la imagen de autoritaria que se ha labrado Rosa Díez desde las Europeas.
Se mueve Compromís, con actos en la confesa “sede del catalanismo en Valencia” (como titulaba Las Provincias), con salidas de pata de banco de la presidenta Mònica Oltra (a Elisa Díaz, PP: “se empieza por una bofetada y se acaba pegando tiros”) y Fran Ferri (abogando por transformar escuela concertada en escuela pública), pero también con ideas estimables o al menos debatibles, como las de Alfons Puncel, que propugna el gobierno metropolitano de Valencia, que no descarta la gestión privada en lo municipal, y que pondría los ayuntamientos al servicio de -esto ya me parece menos plausible por su nivel de endogamia- las universidades.
Puncel, por cierto, ha denunciado -con toda la razón- que el twitter de la Generalitat difundiera un acto del PP de hace dos fines de semana. El presidente lo es de ambas instituciones, pero las parroquias de éstas no son las mismas, la de la Generalitat lo somos todos.
Y mientras tanto, ¿qué hace el PP? Pues parece que nada, pero sí, sí. Verán, ¿no les parece curioso que ahora, dos años y medio después de salir en libertad, el fiscal pidiera 69 años más de cárcel al en ese momento terminal y ahora ya terminado Bolinaga, que el Supremo se plantee perseguir a etarras excarcelados antes de hora (hora española, no de Bruselas) por haber pasado un tiempo en cárceles de otros países (por ejemplo Santi Potros, ya detenido por la misma Audiencia Nacional que le sacó de prisión), que se ponga a buen recaudo a los abogados de ETA, y que los liberados por la derogación de la doctrina Parot (por ejemplo el huido Josu Ternera, y los excarcelados Antxón y Peio el Viejo) puedan volver entre rejas por nuevas denuncias de particulares ante la Audiencia Nacional -con apoyo del fiscal- por genocidio y crímenes de lesa humanidad (desplazamientos masivos de población vasca, por ejemplo)? Hay que recuperar a las Víctimas, deben haber pensado, empezando por Aznar, que ya sabemos que hará campaña tras restablecer relaciones con Rajoy.
Ya en lo orgánico, que viene siendo un tema recurrente, el PP -cuenta el periodista Antonio Martín Beaumont- tiene una buena razón en la que nadie había caído para no designar aún candidatos entre sus mandatarios en el ejercicio del poder: no degradarlos a aspirantes a la poltrona (como los de la oposición) pudiendo lucir aún como alcaldes o presidentes de comunidad, con la ventaja que eso supone. Pero el PP también se mueve. Sonia Castedo, por ejemplo, le dejó bien en su primera y esperadísima comparecencia televisiva nacional. Y Rita -por si quedaba alguna duda de a qué se va a presentar- fue figura protagonista en una cumbre municipalista nacional. Ya sólo falta ratificar a Fabra.