Unos dicen que sí y otros que no, como siempre ocurre. Unos señalan que la F-1 es un evento deportivo del que Valencia no debería desligarse, pero otros dicen que la situación financiera no lo permite. Es más, mientras hay quien piensa que es imprescindible para su futuro, otros indican que el desarrollo previsto para la vieja dársena de Valencia se favorece al tener claro que no va a haber carrera, al menos en 2014. La frase de la alcaldesa –“el dinero de Valencia es para los valencianos”– azuzó el debate; porque ella misma no descartó que en un futuro pueda volver a haber carreras alrededor de la dársena.
De todos modos, en su modestia, uno quisiera hacer, ahora y aquí, lo que menos se hace en España, y desde luego en Valencia, que es aportar datos. Cifras, argumentos, es lo que menos usamos a la hora de debatir. Y lo que más se enmascara en medio de la algarabía política. Por ejemplo: el PSPV-PSOE, que en las Cortes Valencianas criticó duramente a la consellera María José Catalá diciendo que cada carrera cuesta en Valencia 39 millones y en Barcelona solo trece, no decía la verdad.
Porque en Valencia el canon cuesta 22 millones y en Barcelona, esa cifra, 13 millones, es el coste del primer año de un contrato programado con escalonamiento en el que el canon irá subiendo hasta ser de 26 millones de euros en el año 2017. Ese es el convenio que firmó con Bernie Ecclestone, en su día, el señor Josep Lluis Carod Rovira, cuando gobernaba junto con el socialismo catalán.
Vista la primera “trola”, podíamos seguir con otras cifras y datos que pueden ayudar a fijar la polémica.
Porque no es verdad que en Barcelona no haya dificultad alguna a la hora de seguir adelante con el proyecto: tienen problemas y no son pequeños. Pero sobre todo tienen notables aportaciones privadas.
Veamos algunos elementos que no se están barajando en Valencia a la hora de polemizar:
El consorcio legalmente establecido en Barcelona, en 1989, para sacar adelante la F-1 está formado por la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Montmeló y el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que tiene el 18 % de las acciones y lleva la gestión técnica. Es decir que aporta recursos al presupuesto general… con los beneficios de los seguros que contrata en cualquier parte de España, Valencia incluida.
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El RACC tiene un millón de socios en toda España. Y les facilita desde seguros de automóvil hasta asistencia en carretera, pasando por un servicio de agencia de viajes que facilita vuelos y entradas a las carreras en toda Europa.
- El RACC tiene en los últimos años problemas muy serios, derivados de la crisis económica. Ha perdido socios y no vende sus productos con la misma facilidad que antes, como es obvio. Su empresa de telefonía móvil, por ejemplo, no ha dado el resultado previsto. Sus resultados financieros han acusado la crisis.
- El Ayuntamiento de Barcelona, dadas las dificultades de la Generalitat para mantener el contrato con Ecclestone, ha aceptado entrar en la rueda de financiación del Circuito de Montmeló aportando cuatro millones de euros. También la Diputación Provincial de Barcelona –que sigue existiendo–aportará un millón de euros.
- Pero ese dinero procederá de los recursos recaudados por el canon turístico que cobra la Generalitat, generados en un 63% en la hostelería –restaurantes y hoteles– de la ciudad de Barcelona. Precisamente fue el PSC, los socialistas catalanes del Ayuntamiento de Barcelona, los que dieron esa salida al conflicto, proponiendo un “si” sobre la mesa siempre que fuera a costa de los recursos de un canon turístico que ellos aceptan y aplauden.
- Los estudios, que ningún partido cuestiona en Cataluña, indican que el retorno de la F-1 a la economía catalana es de 120 millones por edición, a los que hay que incluir otros 30 millones cuando se trata del premio de motorismo.
- Del canon turístico, la Generalitat de Cataluña destina 6,5 millones de euros al año en pactos de subvención a aerolíneas –básicamente Ryanair– así como a estaciones de esquí en el Pirineo, de las que es empresario propietario.
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El Circuit de Cataluña tiene en la actualidad unos 8.000 socios abonados a todas sus actividades, lo que, siendo una cifra modesta, configura una base de partida notable.
- “Ingresamos entre 33 y 35 millones de euros anuales y más o menos estamos en un punto de equilibrio, tras pagar los cánones y la organización de las carreras. Si hay pérdidas las cubre el Consorcio y si hay beneficios se reinvierten en la instalación”, dijo el director del Circuit en una declaraciones a “El País” en mayo del año 2010.
- Y también dijo, refiriéndose al circuito de Valencia: “Siempre he creído que todo lo que debe montarse y desmontarse cada año será poco rentable. Pero depende de la cantidad de público que pongas. A mí me aterrorizaría correr en un circuito urbano en Barcelona teniendo el permanente. Y no entiendo que eso ocurra en Valencia, teniendo Cheste al lado. No creo que sea rentable y menos con la construcción de Tilke que resulta muy cara”.
- Hermann Tilke fue un piloto de carreras alemán que se dedica a diseñar, a través de su empresa de ingeniería, circuitos de carreras de Fórmula 1. Aunque hay otras tres empresas de ese tipo en el mundo, los hace casi todos por ser el favorito de Ecclestone. El autor de las declaraciones a “El País” tampoco dijo la verdad porque el circuito de Montmeló lo reformó la empresa de Tilke hace pocos años.
¿Se puede competir con un proyecto de Fórmula 1 como el de Montmeló en el que todos los partidos del arco están de acuerdo, participa una entidad de un millón de clientes como el RACC y se va a pagar con los recursos del canon turístico? Mi respuesta es que no.