Inicio de obras del Centro de Salud Benimaclet II

Las obras de construcción del Centro de Salud Benimaclet II, en Valencia, han arrancado este lunes de forma oficial con la visita del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y de la alcaldesa, Rita Barberá, quienes han destacado que se trata de un proyecto muy necesario para descongestionar la otra instalación médica.

Según han señalado en ese acto, al que también ha asistido el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, la Generalitat invertirá dos millones de euros en la construcción, en un solar cedido por el consistorio, de una instalación que complementará a la ya existente y que está previsto que disponga de 2.224 metros cuadrados y que atienda a 19.000 vecinos de este barrio y de pedanías cercanas.

Fabra ha subrayado que este nuevo centro «mejora la atención» en la zona e incorpora «dos servicios nuevos, un punto de atención sanitaria de urgencias, más allá del horario habitual, y un gimnasio de rehabilitación» que evitará a los vecinos desplazarse al Clínico.

«Que nadie tenga ninguna duda, esta obra viene para continuarse y para acabarse», ha recalcado el jefe del Consell, quien ha comentado que el constructor, del grupo Bertolín, le ha trasladado momentos antes que «intentará acelerar los plazos para ver si en un año puede estar acabada la obra», en vez de en el año y medio previsto.

Además, ha valorado el «esfuerzo inversor» realizado por su gobierno en los últimos años, «priorizando aquellas instalaciones que eran más prioritarias» y con «una serie de inversiones que hay que poner de manifiesto», como las «29 actuaciones sanitarias que ya están finalizadas y otras 17 en marcha» durante esta legislatura.

Ha subrayado, en la misma línea, que han incrementado el presupuesto de sanidad «más de diez puntos en los últimos dos años», que destinan a este campo 15 millones de euros diarios y que «nueve de cada diez euros del presupuesto van dirigidos a políticas que afectan a las personas en cuanto a su calidad de vida, educación, sanidad y políticas sociales».

BARBERÁ : «EJEMPLO DE CUMPLIMIENTO DE COMPROMISOS”

Por su parte, Rita Barberá ha destacado que este proyecto «es un ejemplo del cumplimiento» de sus «compromisos electorales» y «del cumplimiento con los vecinos». «Estamos cumpliendo nuestro compromiso continuado, al igual que es el nuevo consultorio auxiliar de Borbotó y esperemos que pronto lo sean los nuevos centros de Malilla y de Campanar, ha argumentado.

La primera edil ha agradecido a la Generalitat su «esfuerzo de colaboración» en distintos centros de salud, consultorios auxiliares, en el centro de transfusión e incluso en La Fe, al que se ha referido como «un hospital puntero que no habría sido posible sin el esfuerzo coordinado» y la «colaboración de administraciones». «Y seguiremos dando frutos positivos en esa colaboración», ha prometido.

Barberá ha destacado asimismo que, desde que es alcaldesa, han destinado 54 millones a Benimaclet a «muchos equipamientos» a los que ahora se incorpora el centro de salud Benimaclet II, cuyo inicio de obras considera «un buenísimo momento para recordar ese esfuerzo inversor a pesar de la dureza económica y de la escasez de recursos».

A los vecinos de la zona, les ha instado a que «sigan el ritmo del trabajo» para la construcción de esta instalación y le informen de «si va bien o mal» para que «empujen a la empresa». «Comienza la cuenta atrás», ha apuntado la primera edil.

PÉREZ: «NUEVE O DIEZ AÑOS PARA UN CENTRO »
Tras el acto, Antonio Pérez, presidente de la Asociación de Vecinos, ha recordado que la reivindicación de esta instalación data de 2006, un año más tarde se aprobó en las Corts, tanto en ese 2007 como en 2008 se presupuestaron 100.000 euros y ahora comienza la construcción, de modo que, si se cumple el plazo de 18 meses previsto, «serán nueve o diez años para hacer un centro de salud que se necesitaba desde 2006 porque un centro sólo puede tener 32.000 tarjetas SIP» y, en 2006, el de Benimaclet «ya tenía 42.000».

Pérez ha valorado el esfuerzo de los profesionales que «se han volcado y trabajado bastante más de lo que pueden y deben» para prestar un servicio adecuado, pese a la «saturación», y ha exigido que «no partan la plantilla de un centro a otro» porque «se necesita más personal para atender a los vecinos del barrio y las pedanías».

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