La multitud logra un 9 d’Octubre histórico

 

 

100.000 ciudadanos salieron a la calle este miércoles orgullosos de su identidad. La multitud participante de la cita más importante de la Comunitat Valenciana hicieron de este 9 d’Octubre un día histórico, el de mayor participación en muchos años, según fuentes municipales (en 2012 se cifró en 80.000 personas).

Junto a una constatable ‘marea blava’ con camisetas azules, andaban la de particulares y la de los trajes. Juntos, aunque con discursos y proclamas diferentes, coincidían en un propósito mayor: acompañar a la Real Senyera en su trayecto desde la sede municipal hasta su vuelta a casa. La réplica estuvo por cada rincón a pie de calle, con cientos de banderas de distintos tamaños ondeando y vistiendo, en una mañana soleada en que rachas de brisa hicieron que el calor de este octubre diera una tímida tregua (con una media de 26 grados).

El goteo de personas se fue dando en torno al Ayuntamiento desde las 10 horas, con cafeterías cercanas repletas de músicos, pirotécnicos, personal municipal y vecinos esperando el gran momento, mientras en la Generalitat se desarrollaba el acto oficial de personalidades y premiados del 9 d’Octubre.

La contención, la emoción y el orgullo se tomaron de la mano a lo largo de la mañana de ayer, desde temprana hora de la mañana. Aunque fueron muchos los momentos, como es tradicional, que robaron el aliento a los valencianos en el día grande de la Comunitat, la bajada de la bandera fue uno de los más emotivos. 

El respeto, entre el silencio de unos,  vítores de otros y lemas de crítica al viento de otros tantos, se concentró en las miradas atentas de miles de ciudadanos hacia el balcón del Ayuntamiento. En tan solo cuatro minutos la solemne enseña de la Comunitat descendió altanera para llegar a manos del elegido de la alcaldesa, Rita Barberá, como portador este año, el concejal de Deportes, Cristóbal Grau. 

Solemne y orgulloso, cargó con la bandera de todos los valencianos arropado por la corporación municipal en pleno, la Fallera Mayor de Valencia y su corte de Honor de 2013 (en su último acto en la ciudad) y las numerosas personalidades que, poco antes de ese momento, recibió Barberá en el interior del Consistorio para empezar la marcha cívica, que solo pudo deparar muestras unívocas de fervor y valencianía. 

Junto a Grau, participaron de la primera parte del recorrido los concejales Joan Calabuig (PSPV) , Joan Ribó (Compromís) y Amadeu Sanchis (EU), tomando las borlas de la Senyera. Los ediles populares Alfonso Grau y Maria Irene Beneyto tomaron el relevo de los dos últimos a la llegada a la Catedral, ya que declinaron participar del Te Deum. 

El resto de la comitiva, formada entre otras personalidades por el president de la Generalitat, Alberto Fabra, el President de Les Corts, Juan Cotino, La Delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, buena parte de los consellers del Gobierno Valenciano y la práctica totalidad de los miembros de la Corporación Municipal, accedió a la Catedral. A las puertas aguardaba el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro para dar la bienvenida y bendecir la insigne bandera antes de proceder al Te Deum, compuesto por José Climent, interpretado por la Orquesta del conservatorio José Climent, de Oliva, y que fue cantado por el Coro de la Catedral.

Ososro intervino en valenciano para hablar del significado de la “solemne entrada de la Real Senyera en la Catedral”, conmemorativa de la que hace 775 años hizo el Rei Jaume I, que calificó como uno de los momentos más significativos de  la festividad del 9 d’Octubre. ”Como Arzobispo es  un honor abrir las puertas de esta Catedral para que entren  todos los valencianos y valencianas. Quiero que estén siempre abiertas como  signo de acogida, de esperanza y amor”. También pidió un esfuerzo “para seguir construyendo el futuro, para unir fuerzas y dejar a un lado rivalidades y discordias”.

A la salida de la Catedral la comitiva reanudó la marcha hasta la imagen del Rey Don Jaume. Pero los ediles que abandonaron los cordones de la Senyera antes de acceder al templo no volvieron a recuperarlos, pese a su espera a la salida junto al Arzobispado. Grau y Beneyto no abandonaron sus puestos hasta conceder el relevo a otros concejales de su formación en la calle La Paz hasta el Parterre.

Tras la ofrenda florar a la estatua del Rey Don Jaume, los ciudadanos presentes cantaron al unísono el himno regional, tras el cual volvió a sonar el de España sin recibir, este año, abucheos puesto, según indicaron fuentes oficiales, los grupos tradicionalmente exaltados contra este gesto patriótico permanecieron alejados del Parterre.

La marcha cívica continuó su camino hasta regresar al Ayuntamiento y transcurrió, como desde su inicio, entre aplausos y gritos de celebración y júbilo (valencianía, respaldo a la alcaldesa, amor por la lengua) junto a los de crítica y reivindicación (contra la corrupción, el secesionismo y las corrientes lingüísticas). Imposibles de obviar unos y otros. 

Una vez de vuelta bajo el balcón municipal, ascendió la Senyera en cuestión de minutos. Rápidamente las distintas personalidades entraron por la puerta principal del Consistorio, siguiendo a Barberá, para devolver desde el balcón hasta el Archivo Municipal a la bandera a su vitrina. 

La mascletá fue el colofón sonoro de un acto esperado por los valencianos durante un año para expresar su sentimiento, dejando un rastro de pólvora que invita a seguir luchando y trabajando por la defensa de una identidad inequívoca.

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