La nueva imagen de la Plaza Redonda gusta a todos

 

“El espacio se ha adecuado al uso de la plaza. Por un lado para los comercios que aquí estamos ubicados y por otro, para el atractivo turístico de la zona – comenta Pepe Tomás, de Hiladuras Alegre – Esta claro que hay gente que piensa que esta distinta o no es lo mismo pero le hacía falta una limpieza a la zona y la esencia de la plaza no ha cambiado mucho. Somos los de siempre. Solo se han jubilado los propietarios de dos comercios, en uno el hijo se ha montado un restaurante y en el otro, se han instalado unos chicos del barrio que venden vintage.” En la tienda de Pepe se venden productos de costura: bobinas de hilo, madejas de colores y otros utensilios para realizar labores.

“Nuestro principal comprador no es el turista es el usuario de la ciudad, del barrio, que nos conoce de toda la vida y vienen aquí a porque sus madres o abuelas ya compraban aquí. Ese es nuestro público. Los turistas compran pero poco, un hilo y una aguja para una urgencia” comenta Pepe Tomás.

Comercios que pasan de generación en generación

Mientras nos atiende una chica le pide un tipo de hilo y Pepe le manda a la mercería de al lado “pregunta donde María, creo que ella si tiene.” Y es que en la Plaza Redonda se conocen todos. Por regla general los comercios de la plaza han pasado de padres a hijos e incluso ya son la cuarta generación la que regenta la tienda como es el caso de Amparo y Mónica Monleón de Colla Monlleó Ceramistas.

“Aquí, en la plaza, nos conocemos todos porque nos hemos criado juntos. Los que ahora regentamos los comercios jugábamos juntos de pequeños” comenta Mónica.

En esta tienda de artesanía nos comentan que el cambio de imagen de la plaza la ha hecho más atractiva tanto para la gente del barrio como para los turistas. “Ahora da gusto pasear por aquí. Hay luz -nos comentan las hermanas Monleón- Como en todo hay discrepancias en cuanto a si la reforma ha sido buena o no, a nivel estético, nunca llueve a gusto de todos. Pero hay que ser realistas, la mejora es evidente”.

El público de los comercios es la gente del barrio y vecinos de la ciudad

En este espacio de cerámica artesana, fundado por sus bisabuelos, se venden desde pequeños recuerdos de la ciudad hasta piezas únicas de barro. “Nuestro público potencial no es el turista. Si que les vendemos cosas, como ‘socarrats’, pero son objetos delicados y pesados por lo que muchos turistas no se atreven, por el viaje de vuelta a casa” comenta entre risas Mónica.

“Nuestro comprador es el vecino y la gente de Valencia que nos pide encargos o sabe que aquí puede encontrar piezas artesanales únicas.”

No hay ningún espacio comercial disponible en la plaza

Pese la remodelación del espacio en la plaza no queda ni una tienda disponible. Como nos han comentado los comerciantes son tiendas que han pasado de generación en generación y que las que han cambiado de producto han sido porque o bien han incorporado más souvenir a la tienda o porque se han alquilado a nuevos propietarios. Ese es el caso de tienda donde se encontraba la antigua pajarería, por la que aun se acerca mucha gente preguntado, ahí se están Iñaki y Verónica, los últimos comerciantes en instalarse en la plaza con ‘Clot Vintage’, que abrió en julio.

“Nuestra tienda se llama como la plaza era conocida por la gente de la zona: Clot. Muchos vecinos conocen la Plaza Redonda como la Plaza del Clot. En honor a eso, a los cambios, hemos puesto uno de los nombres que se le dio a la zona comercial durante  tiempo”.  En esta tienda de artículos de segunda mano nos recibe sonriente Iñaki, un andaluz que lleva más de 16 años con el negocio vintage en el barrio del Carmen.

“Yo tenía la tienda cerca, vivo en el barrio y conocía muy bien la zona de la Plaza Redonda. Cuando vi que estaba disponible el local no me lo pensé. La zona se ha quedado muy bien. Pese a algunas críticas en cuanto a la estética, sobre todo al techado metálico, yo creo que la gente esta contenta con el cambio. Es mucho más atractivo para comerciantes, vecinos y para los turistas.”

Punto de paso para los turistas y punto de encuentro de los vecinos

La Plaza Redonda es un sitio de paso de turistas pero también es un punto de encuentro de la gente de la zona. En los restaurantes y bares de la plaza se dan cita vecinos y en las casetas de productos textiles se reúnen mujeres a dar clases de bolillos y de bordado.

“Este mercado se alimenta mucho de la gente de la zona – nos comenta Lorenzo, un vecino que se toma una cerveza todos los días en La Rotonda – Viene gente de todas partes de Valencia buscando algo para su bebé de esta tienda, a por los bordados para el traje de fallera o la tienda de canastas de toda la vida” nos comenta mientras señala con el dedo las tiendas de sus vecinos. 

Los comerciantes de la zona están contentos con las nuevas instalaciones y la adecuación del espacio. Los vecinos también disfrutan de la llegada de nuevos bares y zonas de ocio a la plaza y los turistas se recrean sacando fotos de este singular mercado circular ubicado en el corazón de la ciudad. 

Ir arriba