Las flores ganan la batalla al calor

 

Pese a las altas temperaturas de la jornada los valencianos no quisieron perderse la Batalla de Flores. Con este acto se puso punto y final a las actividades festivas que durante el mes de julio nos ha ofrecido la Feria de Julio. Pese a tener un presupuesto más ajustado que otros años, y la triste noticia de lo sucedido en Galicia, los festejos programados por la Concejalía de Fiestas y Cultura Popular del ayuntamiento de Valencia, con Francisco Lledó bajo su dirección, han estado a la altura de las circunstancias. 

Alrededor de las seis de la tarde la gente comenzó a congregarse en los alrededores del Paseo de la Alameda. Los más afortunados, tras un par de noches durmiendo ‘al raso’, disfrutaron de los más de doscientos palcos distribuidos a lo largo del recorrido. En ellos se contaba con tres cajas de bonitos claveles naranjas y amarillos. Las carrozas, vestidas para la ocasión por artistas falleros, se expusieron antes del recorrido para que la gente pudiera apreciarlas, ya que debido a que el sábado no se realizó el ‘Sopar de la Punxà’ no habían sido vistas.

A las ocho en punto, tras lanzarse una carcasa de aviso, comenzó el desfile. Abriendo la cabalgata se situaba un conjunto de ‘dolçainers i tabaleters’ seguidos de un grupo de hombres y mujeres vestidos con el traje regional valenciano montados a caballo, como si de una escena de un cuadro de Sorolla se tratase, para finalmente dejar paso a las 28 carrozas de las cinco secciones participantes. Durante la primera vuelta el público, y el jurado, pudieron apreciar las carrozas y como marca la tradición: no se lanzó ni un clavel.

Las afortunadas señoritas que pudieron vivir la Batalla de Flores desde las carrozas son las Falleras Mayores de Valencia de este año, Begoña Jiménez y Carla González acompañadas de sus Corte de Honor y sus futuras sucesoras, ya que en los carros que desfilaron por el Paseo de la Alameda están las falleras preseleccionadas del próximo año fallero. Además, en las carrozas, también tienen la suerte de viajar las Belleas del foc de Alicante y Castelloneras así como otras falleras que este año han tenido la fortuna de poder participar en el desfile.

Una vez acabada la vuelta de cortesía y entregados los premios dio comienzo la batalla. En un segundo las flores comenzaron a bolar. Las falleras que estaban en  las carrozas, ataviadas con raquetas esquivaban los claveles que eran lanzados desde los palcos y a devolver el ‘ataque’ con las flores que cazaban al vuelo o que se quedaban en las carrozas. La gente participa, al ritmo de la música, en esta fabulosa ‘guerra de flores’ donde mayores y pequeños disfrutan lanzando a las falleras, y todo aquel que se cruce en su camino, con los clavelones amarillos y naranjas.

La gente reía, gritaba (al encontrar algún gusano entre los claveles) y, sobre todo, disfrutaban del día. Las falleras reían, gritaban (al recibir el impacto de las flores) y, sobre todo, disfrutaban del momento y del honor que para ellas supone formar parte de la Batalla de Flores de este año. En apenas una hora, tras dar dos vueltas más al recinto, un manto de claveles cubrió la calzada. El olor era maravilloso y la gente olvidó el calor sofocante de la tarde. Una vez finalizada la última vuelta se puso fin a ‘los disparos’ y las falleras comenzaron a rascarse, sacarse flores de la falda y lo más escuchado era: “creo que se me ha metido un gusano por los moños.”

La Batalla de Flores es una festividad que todos los valencianos deberían vivir una vez en su vida. Es apasionante ver como la ciudad se vuelca con un acto que lleva décadas celebrándose y que, pese a todo, nunca pierde su magia. 

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