En declaraciones a EFE, Aragonés destacó que la situación actual es de «absoluta normalidad», y que la comercialización de este producto típico valenciano, cuya temporada se extiende de mayo a agosto, «reúne todos los requisitos necesarios» porque se ha mantenido la extracción en las bateas de Sagunto, donde los niveles no presentan anomalías.
A principios de la semana pasada la conselleria cerró 17 de las 22 bateas de «clòtxines», una medida únicamente preventiva, tal y como aseguró Aragonés, debido a la detección de unos niveles de fitoplancton superiores.
El fitoplancton, explicó este ‘clotxinero’, es un organismo natural del que se alimentan los propios moluscos, y aunque el aumento de sus niveles suela ocurrir como máximo una vez al año, se trata de un fenómeno natural en el que influyen factores como la temperatura del agua o las corrientes.
El presidente de la asociación ha negado que este organismo sea un virus o que acelere el deterioro del molusco, e insistió en que no supone un peligro para el consumo humano ya que no contamina la «clòtxina», molusco que actúa como un filtro «de hasta diez litros diarios de agua».
Aragonés aseguró que el producto que se encuentra en el mercado «tiene todos los requisitos», ya que la «clòtxina» que se suministra a las pescaderías proviene de Sagunto, una zona de extracción que sigue siendo considerada «clòtxina» de Valencia, en la que no se han detectado anomalías.
El presidente de la asociación quiso transmitir tranquilidad al consumidor y lamentó que «de una situación normal se haya dado una situación de caos» que, tal y como afirmó, está afectando a la venta de este producto valenciano, que se encuentra en plena temporada.
Desde la asociación de Clochineros del Puerto de Valencia y de Sagunto permanecen a la espera de que, de manera natural, desciendan los niveles de fitoplancton que permitan que la consellería reabra las bateas para poder así seguir con la temporada.