Puig tiende la mano a Compromís pero amenaza con recurrir a Ciudadanos

Deshojar la margarita del nuevo Consell parece que será más complicado de lo que parecía en un primer momento. Solamente tres días después de los comicios, el tira y afloja entre las fuerzas políticas que han accedido a Les Corts no ha hecho más que empezar.

En esa línea, el candidato a la Presidencia de la Generalitat valenciana por el PSPV, Ximo Puig, cree que «lo lógico» desde el punto de vista democrático es que su formación sea la que gobierne la Generalitat y Compromís la ciudad de Valencia, ya que ambos han sido respectivamente segunda fuerza más votadas en esas instituciones, sin «marear más de lo necesario» como se hacía con la «vieja política». «Lo lógico es que se llegue a acuerdos desde la perspectiva aritmética de los escaños», ha dicho.

Sin embargo, los socialistas son conscientes de su posición de fuerza en las negociaciones gracias a su resultado electoral. Apartado el PP de la ecuación, Puig no descarta negociar con Ciudadanos si no logra un acuerdo con Compromís para el Gobierno autonómico, un pacto que también afectaría al Ayuntamiento de Valencia, en el que es el partido de Mónica Oltra el que necesita el apoyo del PSPV.

Si se sumaran los 23 escaños del PSPV y los 19 de Compromís,  bastaría con la abstención de Podemos (que como C’s tiene 13 parlamentarios) para que Puig fuera investido presidente de la Generalitat. Lo mismo pasaría con una combinación PSPV-C’s.

Sin embargo, las aspiraciones de Oltra complican el pacto. La lideresa quiere ser Presidenta, así que buscaría el apoyo de Podemos, con el que sumaría 32 escaños, sólo uno más que el PP, pero menos que la suma de PSOE y Ciudadanos, que alcanzaría los 36 parlamentarios.

Para los socialistas, dada la precaria situación económica que padece la Comunitat Valenciana, es urgente tratar de configurar cuanto antes un gobierno con un programa que comience a resolver los problemas de la gente. El PSPV tiene claro que el acuerdo a nivel autonómico afectará al Ayuntamiento de Valencia.

Órdagos lanzados, queda por ver si solamente se trata de estrategias políticas a la hora de negociar la configuración del Consell o si la situación se enquistará ante un panorama incierto.

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