Ruzafa entre zanjas

El proyecto de reurbanización del barrio de Ruzafa está enmarcado dentro del ‘Plan Confianza’ y tiene como objetivo, en este caso, optimizar los servicios e infraestructuras de calles en las que ya se estaba actuando. Por ejemplo, la adecuación de la plataforma de capacidad del firme de la calle Pedro III. Sobre todo se va a poder ampliar más de un 20% la superficie de la zona de actuación.

Tareas diarias como tomar un café o hablar con los amigos son solo aptas, en esta zona, para los atrevidos, ya que el polvo, el ruido y la suciedad no animan a asomarse a los locales. Unas improvisadas pasarelas de madera o acero nos sirven de puentes para entrar en ellos. 

Este escenario repercute en la vida laboral de los comerciantes, quienes llevan desde enero lidiando con las obras. Pero todavía les quedan, en principio, once meses más de espera.

Difícil acceso a los comercios del barrio

En la ferretería Cádiz, su dueño comenta que  las obras les están afectando mucho porque la gente no puede acceder a las tiendas. “Las ventas han bajado sobre un 20%”, asegura Vicente. Para este comerciante, uno de los problemas principales vendrá una vez finalizadas las obras, momento en el que espera que la policía pase a controlar los vehículos que estacionan en la puerta de los comercios, para que se dejen espacios libres para  los clientes. “Yo aquí tenía clientes que podían parar un momento, bajar y comprar y ahora ya no. Aquí ya no viene nadie. Tengo que ir yo a los talleres. Cuando todo se arregle, si encima ponen zona naranja o azul, tendré que pagar los tickets de la hora para incentivar que vengan a comprar”.

Sobre la caída de las ventas, este comerciante de Ruzafa declara que “la crisis, en su caso, no tiene nada que ver, porque los clientes que acceden con vehículo no pueden venir”. Vicente añade que “Todo es muy bonito y encarado para la hostelería, pero para los demás comercios es la ruina”.

En una de las farmacias de la zona nos explican que “las ventas han disminuido porque no se puede caminar”. La dueña declara que “yo mismo me iría por otra calle”. Además, añade “que hagan esto me parece bien pero no pueden estar un año realizando las obras, tardan mucho, ese es el problema”. Por otra parte su farmacia no se ha visto afectada solo por el tema de las obras sino también por la crisis.

Los comerciantes de la zona no fueron informados sobre las obras y la duración de éstas

La calle Dénia es otra de las afectadas por las obras. En ella se encuentra la horchatería Helados y Turrones Soler. Luis, su dueño, se encontraba, en el momento en el que hablamos con él,  viendo cómo trabajan los obreros y charlando con Raimundo, el dueño de Cafés Valiente de la misma calle. Su heladería aún conserva la terraza, aunque los pocos clientes que acuden a tomar algún helado prefieren sentarse dentro para que las obras no les molesten. Ha tenido que despedir a algunos trabajadores. Según Luis “las obras están afectando muchísimo al nivel de ventas. Yo he tenido un 50%  de pérdidas  y Cafés Valiente un 80%”. 

El dueño de la heladería comenta que nadie les ha informado de las obras. “Nadie ha hablado con nosotros. Es más, hemos sido nosotros los que tuvimos que llamar a un arquitecto particular y pagarle para que hiciera un escrito para que nos explicaran qué es lo que iban a hacer y cuánto tiempo iban a tardar. De esto hace ya dos meses y a día de hoy no tenemos respuesta”.

En su caso la crisis tampoco le ha afectado “Mira yo tengo cuatro locales,  la bajada que tengo en este local no la tengo en ninguno. Se supone que la crisis afecta a todas las partes igual ¿No?  Así que en todos los locales tendría la bajada que tengo en este”.

En Cafés Valiente, las obras han hecho que la terraza desaparezca y el local interior es muy pequeño. Raimundo comenta que “ni si quiera me han dejado terraza. Pero es que encima hemos pagado los impuestos de terraza y hemos tenido inspecciones para ver si cumplíamos. Además añade que  “me he visto afectado, por que yo dependo de la terraza. Es un café muy pequeño y dependemos de ella, mis cuentas están prácticamente en cero, casi a punto de cierre y estamos sobreviviendo gracias a la solidaridad de la gente”. Los dos, al igual que el dueño de la ferretería se quejan de que nadie ha hablado con ellos y desconocen el estado en el que van a quedar sus calles cuando las obras finalicen.

Las obras de Ruzafa han generado trabajo para obreros en paro

Mientras nos despedimos de los dos hosteleros, uno de los obreros, que en ese momento se encontraba trabajando en la obra, Antonio Soriano, se acerca a nosotros para contarnos su punto de vista. Según él gracias a esta obra están viviendo muchos familiares suyos pero también entiende a los comerciantes de la zona “durante la obra los comercios están un poquito perjudicados, pero nos han dado orden de que vayamos lo más rápido posible”. Según nos cuenta se ha ampliado el horario laboral y están trabajando también los sábados. Además, Antonio comenta que ellos intentan ayudar y ser amables con todos los trabajadores y facilitarles el trabajo en lo que pueden.

Una situación que para muchos comerciantes está siendo desesperante y angustiosa. Sus clientes buscan otros comercios lejos del ruido y el polvo de las obras y ellos necesitan seguir trabajando, sea como sea, para recuperar el dinero perdido.

 

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