San Marcelino se libera del tapón pero no de la nave

San Marcelino celebra algo más que la Navidad estos días. El pasado viernes, por primera vez en décadas, los vehículos pudieron estrenar la conexión entre las calles Ingeniero Sirera con San Vicente. El histórico tapón urbanístico ha desparecido y en la asociación de vecinos no dudaron en brindar por ello. 

Aprovecharon la coincidencia del acto de celebración navideña del ‘Día del Socio’, «que desde su fundación en el año 1976, viene convocando la entidad vecinal», explicaron.

Se trató de una asamblea informativa en la que se repasó, como es habitual, el trabajo realizado y «los logros alcanzados durante el año y los retos para 2014». El típico vino de honor tuvo un especial sabor a victoria con la desaparición de este tapón que desde hace 20 años se venía reclamando. 

«Pero a la vez hicieron votos por seguir luchando por mejorar las condiciones de vida del barrio, entre las que se encuentra el derribo de las naves de una antigua fábrica de chapas en desuso, con cubiertas de fibrocemento (amianto) cuyas placas se hallan rotas con el consiguiente peligro para el vecindario próximo a las mismas y que precisamente se hallan junto al nuevo vial abierto», explicaron desde la asociación vecinal. 

San Marcelino se libera del tapón pero no de la nave

 

 

San Marcelino velebra algo más que la Navidad estos días. El pasado viernes, por primera vez en décadas, los vehículos pudieron estrenar la conexión entre las calles Ingeniero Sirera con San Vicente. El histórico tapón urbanístico ha desparecido y en la asociación de vecinos no dudaron en brindar por ello. 

Aprovecharon la coincidencia del acto de celebración navideña del ‘Día del Socio’, «que desde su fundación en el año 1976, viene convocando la entidad vecinal», explicaron.

Se trató de una asamblea informativa en la que se repasó, como es habitual, el trabajo realizado y «los logros alcanzados durante el año y los retos para 2014». El típico vino de honor tuvo un especial sabor a victoria con la desaparición de este tapón que desde hace 20 años se venía reclamando. 

«Pero a la vez hicieron votos por seguir luchando por mejorar las condiciones de vida del barrio, entre las que se encuentra el derribo de las naves de una antigua fábrica de chapas en desuso, con cubiertas de fibrocemento (amianto) cuyas placas se hallan rotas con el consiguiente peligro para el vecindario próximo a las mismas y que precisamente se hallan junto al nuevo vial abierto», explicaron desde la asociación vecinal. 

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