Tibio respaldo a Fabra de Rajoy, que no pone fecha para una nueva financiación

«Tiempo habrá de resolver antiguos e importantes problemas». Ésta es la respuesta que dio este sábado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la reivindicación de una mejor financiación que le trasladó el jefe del Consell, Alberto Fabra, durante la clausura de la 21 Convención Intermunicipal del PP, celebrada en Valencia. El líder popular no fue tan explícito en su apoyo al presidente valenciano como la número dos del partido, Dolores de Cospedal, el día anterior.

La jornada desbordó las previsiones de asistencia. La sala José Iturbi del Palau de la Música de Valencia, con capacidad para unas 1.700 personas, se quedó pequeña y muchas tuvieron que seguir el acto de pie o desde fuera. El día empezó accidentado, con el retraso en el AVE que traía a Rajoy por una avería en el tren anterior. Pero acabó con satisfacción para el equipo de Fabra y con los dos presidentes compartiendo mesa y mantel y, seguramente, las dudas que se habían quedado a medio resolver durante la clausura de la convención.

El primero en intervenir ante un auditorio a rebosar fue el vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, quien destacó que la Comunidad Valenciana y los valencianos son «una prioridad permanente» en la acción del Gobierno central.

Tras él, tomó la palabra Alberto Fabra durante 50 minutos. El presidente de la Generalitat reivindicó su trabajo y su lealtad al partido. Recordó que ha sido concejal, alcalde, presidente de Nuevas Generaciones, y ahora presidente del PP regional y del Gobierno valenciano. Pero, por encima de todo eso, es «el militante número 1.762» de la formación.

 

El lastre de la herencia

El jefe del Consell apeló a la empatía de Rajoy y casi pareció quejarse de la herencia recibida en la Comunidad Valenciana, donde los populares gobiernan desde hace 19 años. «Los dos sabemos lo complicado que es trabajar a contracorriente«, dijo al presidente del Gobierno. Pero en la Comunidad Valenciana «hemos seguido los pasos de España y, hoy, estamos mejor», afirmó.

A pesar de ese «escenario complicado» que se encontró a su llegada a la presidencia de la Generalitat, Fabra insistió en que quiere «seguir siendo alcalde», pero que su ciudad ahora «tiene cinco millones de habitantes y se llama Comunidad Valenciana». El jefe del Consell recordó además a Rajoy que fue el líder nacional del PP quien le llamó para que «tomara las riendas» de este proyecto y que, seis meses después, los votantes valencianos le dieron de nuevo el empujón que necesitaba para llegar a ser presidente del Gobierno.

Por eso, desde su «lealtad» y «compromiso», se atrevió a pedirle a Rajoy «que el nuevo modelo de financiación sea justo con la Comunidad Valenciana«. La reivindicación le valió una sonora y extensa ovación por parte del auditorio, que se puso de pie para aplaudirle. Excepto el ministro de Economía, Cristóbal Montoro, a quien Fabra le advirtió con sorna que todos estaban esperando a que se levantara también.

 

«Ya habrá tiempo»

Pero Rajoy no respondió a la solicitud de Fabra. Bueno, lo hizo, pero fiel a su estilo: ‘a la gallega’. Primero replicó que ni Montoro ni él votaron el actual modelo de financiación autonómica, por lo que no son responsables de las desigualdades que genera entre comunidades autónomas. Y después dio largas. «Tiempo habrá de resolver antiguos e importantes problemas», dijo. Aunque aseguró que «lo haremos».

El presidente del Gobierno alabó la gestión de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, «una de las mejores alcaldesas que ha visto la democracia española desde 1977» (un año antes de los primeros ayuntamientos democráticos), y también la de Alberto Fabra, que llegó a la Generalitat «en el peor momento de la crisis económica». Y gracias al trabajo del presidente valenciano, afirmó, esta Comunidad «será la punta de lanza de la recuperación española, la locomotora«.

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