Turistas, polis y cacos en la ciudad

 

 

Si alguna vez han visto un grupo de turistas corriendo detrás de otro por la plaza de la Reina, abriéndose paso entre la gente, y se han preguntado por qué, quizá la respuesta está en ‘The Target’ y se lo pueda explicar muy bien Suzie Añón. Esta joven holandesa, de madre española y de 26 años, es guía turístico y su particularidad es que ofrece un plus fuera de lo que estamos acostumbrados. Da unas opciones a sus clientes que invitan a integrarse en la ciudad de una manera especial, atendiendo en unos casos a la gastronomía y en otros a la cultura y el ocio.

En esta ocasión, fijamos la atención en un juego de origen belga que hace furor en Europa y se basa en la utilización de tecnología móvil con sistema gps. Suzie quería ofrecer algo diferente y, desde luego, lo ha conseguido. Hace tres años contactó con la empresa en Bélgica y esta le dio los permisos para poder implantar el juego en la capital del Turia.

La joven escogió el Centro Histórico de la ciudad «por sus callejuelas y por concentrar monumentos históricos de gran interés. Aunque este juego hace que pasen desapercibidos porque los participantes están metidos en sus estrategias y en encontrar al ladrón, sí da pie a familiarizarse con la zona y genera interés para volver a recorrerla en otro tipo de visita más informativa», nos explicó.

La trama es la siguiente: hay un botín de un millón de euros repartidos por distintos puntos del corazón de Valencia (plano que la propia guía diseñó, distribuyó y conectó al juego virtual por gps, entorno a las plazas del Tossal, la Virgen y la Reina). El ladrón tiene que buscar la manera de hacerse con él y los policías deben detectar dónde se encuentra y evitarlo.

En la práctica, en el juego pueden participar grupos de entre 8 y 20 personas. Cuando lo contratan con Suzie, ella pide los permisos a la empresa. Una vez activado, se pone en marcha el operativo. La guía divide al grupo -en cuatro o más, dependiendo del número de participantes-: una persona es el caco, el resto son policías. A cada grupo les aporta un teléfono móvil en que se visualiza el plano que acota la zona de juego y la ubicación virtual de cada jugador, imagen que se refresca cada seis minutos. Tiempo suficiente como para que el ladrón pueda robar dinero y otros elementos que pueden alargar su vida.

El juego termina cuando los policías alcanzan al ladrón. Pero este también tiene mecanismos para acabar con la vida de los ‘buenos de la película’. Una de las diferencias entre ellos es que los policías pueden recuperar vidas, con solo pasar por la plaza del Tossal. Pero al ladrón, cuando es alcanzado, no hay quien lo despierte.

Para poder desempeñar toda esta locura virtual y divertida, los jugadores cuentan con dos horas. A lo largo de ese tiempo se puede repetir el juego tantas veces como deseen, «ya que hay veces en que acaba en pocos minutos y otras puede durar hora y media», explica Añón. Cómo el caco desarrolle su estrategia y cómo los policías actúen en consecuencia, es la clave.

Parece complicado, pero no lo es. De hecho, cuando los grupos son muy grandes, Suzie se reúne con ellos y les proyecta un vídeo explicativo en el hotel donde se alojen. Si son más reducidos, «suele bastar con explicarlo donde arranca el juego, con los móviles y los planos en la mano, en la Puerta de los Apóstoles de la plaza de la Virgen», nos cuenta. Es allí precisamente donde ella aguarda a que se desarrolle el juego.

Es una alternativa diferente que pronto será mejorada, porque se van a comenzar a sustituir los terminales por tablets, «para que sea más práctico y se visualice mejor», nos explicó la guía.

«Pero no es un juego cerrado para turistas, también es una opción muy interesante para grupos de amigos, cumpleaños, despedidas de solteros…», afirmó la joven. ¿No apetece?

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