Un desierto con luces de carretera

 

 

Los vecinos de San Marcelino volvieron igual que fueron. Este lunes representantes de la asociación de residentes participaron de la Comisión de Urbanismo municipal, en apoyo de una moción socialista que proponía un convenio con el Ministerio de Fomento para actuar urbanizar una parte del barrio afectada por las obras del AVE y, por ende, el proyecto del Parque Central. Tras la exposición del PSPV y la intervención de los portavoces vecinales, llegó la respuesta del equipo de Gobierno. La conclusión: «es inviable». La sensación: «impotencia».

La petición socialista es alcanzar un convenio con el Gobierno Central para la cesión de los terrenos liberados del soterramiento de las vías e incluir como urbanización en el Parque Central y, mientras llega la urbanización definitiva, proceder al acondicionamiento y ampliación del bulevar Federico García Lorca hasta la V-30.

Rechazada la propuesta, los técnicos municipales quisieron dar explicaciones a los vecinos de San Marcelino. Acceder a tal cuestión implicaría “retrotraer todas las actuaciones al punto previo de aprobación del planeamiento vigente, hace 6 años, para proceder a aprobar uno nuevo con esa modificación”, detalló el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo. “Habría que modificar también el proyecto de urbanización, que está en estado bastante avanzado y es de gran complejidad (por las características del propio Parque Central y su superficie, de más de 600.000 metros) y modificar todas las cargas de urbanización, con el consiguiente incremento de costes, que repercutiría sobre los propietarios de parcelas de dicho ámbito. Todo ello hace inviable la propuesta”, matizó. 

Pero las razones de la Administración no terminan de convencer al barrio, que se remontan a «hace más de veinte años que viene hablándose del Parque Central y de los accesos ferroviarios por el Sur», tal y como expusieron sus portavoces. El próximo mes de diciembre se cumplirán tres años de la inauguración del servicio ferroviario de la línea AVE entre Valencia y Madrid.

Los vecinos consiguieron que la infraestructura fuera finalmente soterrada desde la calle Pío IX. Pero pese a ese logro, la asociación de vecinos dice que su ejecución ha dado lugar a «situaciones anómalas que ya predijimos». En este sentido dicen «lamentar» que al no actuarse a tiempo, «se han acumulado promesas incumplidas» que han derivado a las circunstancias que ahora padecen y «ya preveíamos», explicaron.

«Por un lado y como consecuencia de excluir de las cargas urbanísticas del PAI del Parque Central, la conexión entre el bulevar García Lorca-cruce con el bulevar Sur y la V-30, todas las parcelas resultantes de la construcción de los túneles ferroviarios, para cercanías y para mercancías, han quedado totalmente yermas y sin urbanizar», expusieron los vecinos ante la Comisión de Urbanismo. «De nada han servido las múltiples y maratonianas reuniones celebradas durante los últimos años entre la Sociedad Parque Central, el Ayuntamiento y las dos asociaciones de vecinos afectadas», continuaron.

Insistieron en que tanto el Ayuntamiento como la Sociedad Parque Central se comprometieron, ante los representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia incluso, se comprometieron a que a la vez que se acabaran las obras ferroviarias»se acometería la urbanización de las parcelas situadas en la superficie». Estas tareas incluían amplias aceras, alumbrado en el bulevar y «no de segunda mano y de carretera», mobiliario urbano como bancos, zonas ajardinadas con setos, espacios para juegos infantiles, fuentes y papeleras, entre otros equipamientos. «Nada de eso se ha cumplido y desde aquí manifestamos que nos sentimos defraudados por nuestros representantes municipales», apostillaron los portavoces de San Marcelino.

Por otro lado, «la empresa adjudicataria de las obras ferroviarias, con el consentimiento tanto del Adif y el Ayuntamiento, nos premió con un nuevo talud de toneladas y toneladas de tierras resultantes de las excavaciones para la construcción de los túneles», explicaron. 

La consecuencia de no actuar sobre estos montones de tierra es que San Marcelino y Camí Real se ve envuelto en polvo con cada vendaval o cambio climátológico, convirtiéndose en barrizal si llueve. De este modo lo explicaron: «Se producen enormes polvaredas con perjuicio para los enfermos pulmonares, entre las cuales se encuentran las personas con afecciones asmáticas, se llena de polvo la ropa tendida y entra por la viviendas llenando todas las estancias de polvo. Por otra parte cuando a esta secuencia climatológica le sigue una fuerte tormenta o un periodo de continuas lluvias las parcelas se vuelven un auténtico barrizal, insufrible sobretodo para peatones o para los vehículos que utilizan las en esos momentos las fangosas parcelas como aparcamiento provisional».
 

Esta suma de reivindicaciones les parecían más que suficientes para sumarse a la petición del concejal socialista Vicente Sarriá, pero regresaron a casa pensando en las lluvias que se prevén para esta semana y cruzando los dedos, con menos esperanzas y más enfado. 

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