Una ocasión de oro

La ciencia y la economía, la investigación y la empresa se dan la mano mañana, en Valencia, delante del heredero de la Corona. Y se me ocurre es que es una oportunidad única para hacerle ver una realidad que, en efecto, está llena de graves problemas. Pero que debe ser obligatoriamente esperanzadora. Porque los valencianos, más allá de las pésimas noticias de cada día, más allá de las vergonzosas experiencias que hemos reunido gracias al comportamiento de algunos, tanto en las finanzas como en la política, estamos decididos a salir de esta situación como siempre hemos hecho: trabajando duro y poniendo la confianza general en un proyecto nacional de regeneración de la política, la sociedad y la economía.

De entre los portavoces que los valencianos tendremos en las dos sesiones de trabajo que el Príncipe Felipe va a celebrar en Valencia, es el momento de destacar a dos: Santiago Grisolía y Vicente Boluda. Dos personas que se distinguen, precisamente, por hablar alto y claro. Ni uno ni otro callan su pensamiento, incluso en tiempos de grave dificultad. Por eso es hora de que hablen, con la verdad en la mano, de la necesaria regeneración española y valenciana; de cómo sentimos que no se nos hace justicia en España; de cómo es urgente tomar medidas destinadas a favorecer a los creadores de trabajo y de actuar decididamente en un proceso de  regeneración honda de este país.

La agenda oficial preparada incluye un almuerzo de trabajo con los jurados de los premios Príncipe Felipe, que se reúnen en nuestra ciudad durante las jornadas del lunes y el martes. Se trata, en total, de unas 90 personas procedentes del mundo de la empresa y la cultura, de la industria y de la ciencia, entre los que hay que contar a 21 galardonados con el Premio Nobel.

Muy pocas ciudades del mundo son protagonistas de reuniones de ese tipo y calidad. Veremos si esta vez la prensa nacional vuelve a las andadas, se desentiende de la ocasión y, como es su costumbre, pone el énfasis, cuando se trata de hablar de Valencia, de lo que nos es negativo.

Con todo, la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, presidida por Santiago Grisolía, a pesar de las gravísimas dificultades económicas que atraviesan la ciencia y la investigación, está llevando adelante el milagro de sacar adelante estos galardones anuales, que nutren importantes empresas e instituciones. Por eso, mañana es una oportunidad de oro para que Santiago Grisolía, una vez más, haga oír su voz, ciertamente inagotable cuando se trata de reclamar para la ciencia española la atención preferente que la crisis le está arrebatando. Hable el profesor, pues; haga ver el abandono de la ciencia y señale cómo la crisis ha dejado a un lado programas de extraordinaria importancia investigadora. Diga la verdad y señale el camino para que la economía encuentre rumbos nuevos y vuela a ser creadora de trabajo. Y no se detenga tampoco a la hora de pedir, como han hecho otros expertos, que la Comunitat Valenciana tenga la financiación justa que se le arrebatado.

Cosas parecidas podría decir también Vicente Boluda que es, por su profesión y su forma de ser, un hombre de hablar sincero y contundente. Por eso es menester que, mañana, no calle el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios ante el Príncipe Felipe de Borbón. Diga en buena hora que Valencia no es tierra de corrupción y malos administradores, como se pretende, por más que algunos casos pretendan hacerlo ver así. Diga también que somos una tierra de buenos empresarios, valientes y arriesgados; diga que esta es una tierra creativa y solidaria, que no cae en las tentaciones del separatismo y sigue amando a España.

Y explique al heredero de la Corona qué necesita el empresariado valenciano, cómo nos es primordial el Corredor Mediterráneo para exportar y cómo sentimos que nos han arrebatado, en un vergonzoso episodio de mala gestión, las instituciones bancarias y de ahorro que crearon nuestros bisabuelos y abuelos con tremendo sacrificio personal. Habla Vicente Boluda sin ambages y señale a los responsables. Y diga, además, que la libertad de empresa necesita menos trabas y menos impuestos, menos lentitud en la burocracia y más agilidad a la hora de tomar soluciones que hagan fluir el crédito en las instituciones bancarias afectadas por la crisis.

Mañana, pues, es un día perfecto para que Valencia haga oír su voz ante el hijo del Jefe del Estado. Para decirle que, por tristes que sean los episodios que también afectan a la  Corona, en Valencia va a tener siempre un pueblo respetuoso de la estabilidad y el equilibrio de poderes que la institución representa.  Porque no se olvide nunca: hay latente una Valencia que no ha sido afectada por la crisis que quiere resurgir renovada y creadora. Y que merece que eso ocurra cuanto antes.

PUCHE

 

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