Y el café se les quedó frío…

 

 

Los rumores eran ciertos y, del mismo modo que la noche de la celebración de su quinto aniversario la animación la ponía un espectáculo llamado ‘The End’, así llegaba su final. Desayuno con Viandantes se ha despedido de sus seguidores con una larga carta en la que explica los motivos de por qué la directiva deja de encabezar la reivindicación del espacio público con olor a café, té y bollos recién hechos. 

Dijeron que para algunos la primera cita fue la última y para otros todo lo contrario, la última fue la primera. En cualquier caso, el movimiento se ha generado y desde la senda marcada los organizadores animan a los ciudadanos a seguir tomando la calle porque es suya, pueden y porque deben, siendo simbólico un desayuno y escondiendo detrás debate, interacción, socialización y vidas.

«Cinco años y 44 desayunos. Para algunas personas, el último fue el primero; en cambio, para pocos, el primero fue el último. Gracias a los valientes, el desayuno creció y creció, reconquistando calles, plazas, rotondas, puentes, mercados, templetes, torres, metros, descampados, medianas, jardines, cruces, trinquetes, pórticos, refugios, callejones, la huerta, naves, pasos de peatones o claustros. Sin embargo, nunca estuvimos enclaustrados, es lo que parecía: nacimos, vivimos y seguramente, moriremos en el espacio público». Así reza parte de su texto para decir adiós. 

«Decir que Desayuno con Viandantes se acaba es como decir que Desayuno con Viandantes empieza. Seguiremos construyendo y compartiendo afectos, comida, política, cultura y ciudad. Puede que no haya una razón lógica para decir adiós o hasta luego, pero sí un sentimiento de evitar ser atrapados. Es el mismo por el cual se inició esta iniciativa de manera espontánea, el mismo por el cual no podemos concebir el Desayuno como un evento. Aquel que nos empecinó a construir usando, chafando y reusando hasta gastar todos los zapatos»,continua.

«Fuimos multiusos, buscamos y encontramos, extendimos redes, amigos de amigos, creamos punto de encuentro para colectivos, todos bienvenidos, niños, jóvenes, adultos y mayores, todos cómplices de esta historia con muchas minúsculas y tantos acentos, donde pasamos de la crítica a la acción, a una propuesta común. En definitiva, con esta actitud rescatamos parte de esta ciudad, participando sin chillar, respondiendo sin preguntar».

Son muchas las muestras de cariño que se han sucedido en la red, lamentando la decisión pero apoyando el gran paso. Ahora el relevo queda en manos de todos de forma individual y colectiva, sin un referente organizador que lo mueva porque, entienden, el ciudadano se debe mover solo. 

Y el café se les quedó frío…

Los rumores eran ciertos y, del mismo modo que la noche de la celebración de su quinto aniversario la animación la ponía un espectáculo llamado ‘The End’, así llegaba su final. Desayuno con Viandantes se ha despedido de sus seguidores con una larga carta en la que explica los motivos de por qué la directiva deja de encabezar la reivindicación del espacio público con olor a café, té y bollos recién hechos. 

Dijeron que para algunos la primera cita fue la última y para otros todo lo contrario, la última fue la primera. En cualquier caso, el movimiento se ha generado y desde la senda marcada los organizadores animan a los ciudadanos a seguir tomando la calle porque es suya, pueden y porque deben, siendo simbólico un desayuno y escondiendo detrás debate, interacción, socialización y vidas.

«Cinco años y 44 desayunos. Para algunas personas, el último fue el primero; en cambio, para pocos, el primero fue el último. Gracias a los valientes, el desayuno creció y creció, reconquistando calles, plazas, rotondas, puentes, mercados, templetes, torres, metros, descampados, medianas, jardines, cruces, trinquetes, pórticos, refugios, callejones, la huerta, naves, pasos de peatones o claustros. Sin embargo, nunca estuvimos enclaustrados, es lo que parecía: nacimos, vivimos y seguramente, moriremos en el espacio público». Así reza parte de su texto para decir adiós. 

«Decir que Desayuno con Viandantes se acaba es como decir que Desayuno con Viandantes empieza. Seguiremos construyendo y compartiendo afectos, comida, política, cultura y ciudad. Puede que no haya una razón lógica para decir adiós o hasta luego, pero sí un sentimiento de evitar ser atrapados. Es el mismo por el cual se inició esta iniciativa de manera espontánea, el mismo por el cual no podemos concebir el Desayuno como un evento. Aquel que nos empecinó a construir usando, chafando y reusando hasta gastar todos los zapatos»,continua.

«Fuimos multiusos, buscamos y encontramos, extendimos redes, amigos de amigos, creamos punto de encuentro para colectivos, todos bienvenidos, niños, jóvenes, adultos y mayores, todos cómplices de esta historia con muchas minúsculas y tantos acentos, donde pasamos de la crítica a la acción, a una propuesta común. En definitiva, con esta actitud rescatamos parte de esta ciudad, participando sin chillar, respondiendo sin preguntar».

Son muchas las muestras de cariño que se han sucedido en la red, lamentando la decisión pero apoyando el gran paso. Ahora el relevo queda en manos de todos de forma individual y colectiva, sin un referente organizador que lo mueva porque, entienden, el ciudadano se debe mover solo. 

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