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¿Y si el enemigo no es Montoro?

La Comunidad Valenciana tiene un grave problema de infrafinanciación estatal que hace que cada valenciano reciba per cápita para el mantenimiento de la sanidad y la educación mucho menos que la mayoría de los ciudadanos del resto de comunidades. Lo que ha obligado a la Generalitat a incurrir en déficit, y, por tanto, en deuda. Eso sólo se arregla cambiando el sistema de financiación autonómico vigente, que el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoce que es injusto. Pero como lo que no quiere el Gobierno, en pleno año electoral, es quitarle a los que reciben de más para darles a los que reciben de menos, está esperando a que la economía mejore y se ingrese en mayor cantidad para arreglar lo de las comunidades peor tratadas sin quitarle nada a las demás.

Y mientras tanto, ¿cómo se ayuda a las arruinadas? Pues sólo cabían dos opciones: o hacer una quita a la deuda de las autonomías con el Estado, o suprimir los intereses de lo que el Estado nos presta por no darnos lo que nos correspondería en justicia. El Consejo de Ministros optó por la segunda opción, que no es más que un parche que perpetúa la injusticia, aunque alivie la carga. ¿Y por qué? Pues porque, según cuenta El Confidencial Digital, hubo un ministro que se opuso a la quita con el argumento de que reestructurar la deuda de las autonomías sería darle una baza electoral a Podemos, que aboga por reestructurar la del Estado.

Ese ministro fue Luis de Guindos, titular de Economía, en contra del criterio de Cristóbal Montoro, responsable de Hacienda. Con lo que se avalaría la tesis, en la que se insiste a Valencia News en altos despachos institucionales del Cap i Casal, de que el “enemigo” no es Montoro, sino De Guindos. No habría mas que fijarse en la suerte del tejido financiero valenciano.

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