Ximo Puig

Alguien tira la piedra, el PSPV esconde la mano

Alguien tira la piedra, el PSPV esconde la mano. Sí, como el dicho afirma, pero sin saber quién realiza la acción -o sí-, clarísimo está el responsable. Los socialistas valencianos cumplen a la perfección la dejación de mandato antes de hablar. Pero, en esta ocasión -parece que se hayan acostumbrado- no son ellos quienes tienen que esperar -o sí, porque a lo mejor no quieren entrometerse en áreas coaligadas- a cumplir esos teóricos cien días de ‘favor’.

Cuando uno se embadurna hasta las cejas para querer sacar a esta tierra de la miseria, pobreza, desgobierno y corrupción en la que, supuestamente, la dejaron no hay ni un segundo de flaqueza ni de auditoría que valga.

Es por ello, que las alas dadas por el Ximo Puig y todo su Consell hacia el conseller de Cultura y Educación han de tener un gesto, o qué menos, una respuesta firme e inquebrantable por parte de quien teóricamente manda. La política de gestos a la que nos tiene acostumbrados Compromís en estas semanas ha de ir paralela a una política de gestos por parte del partido que, supuestamente, nos gobierna porque si no… ¿quién manda y capitanea el barco? ¿O es que el rumbo a seguir está aceptado previamente por el capitán? O Ximo se impone o a Ximo le hacen la cama, y más los de su propio partido, los más del PSPV, que en algún momento podrían ante: río revuelto, ganancia de pescadores por un coqueteo con la coalición emergente de Compromís, Esquerra Unida del País Valencià, Podemos, Iniciativa, algún ‘verd’, etc.

Son ya muchos ayuntamientos socialistas los que desobedecen las directrices constitucionales y, por ende, estatutarias. Otros lo hacen a medias -ellos sabrán-, pero lo que está claro es que aquí alguien mece la cuna y alguien deja que se la mezan. ¿No?

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