El Valencia Basket logró su octava victoria consecutiva fuera de casa tras imponerse al Gipuzkoa BC en un pobre encuentro que decidió la enorme defensa valenciana en la segunda mitad (50-57). Lavrinovic debutó a lo grande sosteniendo a los ‘taronja’ en la primera parte (12 puntos) y los locales solo pudieron anotar dos puntos durante más de 13 minutos tras salir de vestuarios.
No iba a ser nada fácil sacar un triunfo de San Sebastián. Al inicio lento al que los valencianos ya están acostumbrados en fechas recientes se unió esa sensación que tanto daño ha hecho en Eurocup: más que urgencia, faltaba determinación en defensa y cabeza en ataque. Sin intensidad, los de Perasovic no podían ni siquiera dominar su propio rebote y se empecinaban en buscar a un Doellman apagado (15-10, min. 7).
Tampoco es que en el Gipuzkoa Basket alguien llevase la voz cantante, pero la solidez bajo tableros y la clarividencia de Javi Salgado en la dirección bastaban para que la diferencia alcanzara los dobles dígitos (23-10, min. 10). Ante la empanada valenciana (cinco minutos sin anotar entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo), la entrada del debutante Ksystof Lavrinovic empezó a cambiar la dinámica ofensiva de los ‘taronja’.
El pívot lituano insufló aire fresco con su lanzamiento exterior. Además, el GBC se contagió del apagón de su rival y tardó más de medio cuarto en anotar su primera canasta en juego (23-15, min. 14). Un error que en condiciones normales el Valencia Basket no está acostumbrado a dejar sin castigo. El problema era que, con dos partidos tan importantes de por medio, los ‘taronja’ no estaban al 100% ni física ni mentalmente (26-16, min. 17).
La mejor muestra de ello era el propio Lavrinovic. El nuevo era el único jugador que tiraba del carro: triples, juego al poste, tiro tras bote… Todo un clínic ofensivo que permitía al Valencia Basket no descolgarse del encuentro. El resto continuaba en la cama, como si el partido no fuese con ellos (35-23, min. 20).
El primer contraataque de los ‘taronja’ llegó en la segunda posesión tras el descanso. Dos robos consecutivos confirmaban que la regañina de Perasovic en el vestuario había surtido efecto, al menos de forma momentánea (35-27, min. 21). Era imposible que los vascos se llevaran el choque con un una producción ofensiva tan pobre y era ya solo cuestión de tiempo que el Valencia Basket apretara para irse.
El guion era el mismo que en el segundo acto, pero esta vez los visitantes sí que se mostraban más entonados en ataque para lograr un parcial de 0-15 que dio la ventaja por primera vez a los ‘taronja’ (35-38, min. 25). La visión de juego de Sam Van Rossom, la conexión en el pick&roll con Dubljevic y la defensa hacían el resto. Goran Huskic fue el único que rompió la sequía donostiarra en todo el cuarto, pero esos pírricos dos puntos eran insuficientes (37-43, min. 30).
En una Liga Endesa de dos velocidades, estos partidos demuestra la diferencia de presupuestos y plantillas. Meritoria era la defensa valenciana, pero el atasco ofensivo del GBC también tenía su componente de escasa calidad. Romain Sato se aprovechaba de la tierna defensa de Jason Robinson para terminar de sentenciar el triunfo a falta todavía de cinco minutos para el final (39-47, min. 34).
Una ventaja de 10 puntos en un partido de tan baja anotación es una losa demasiado pesada. Y más si el equipo que va por detrás ha perdido los cuatro anteriores. Ya son ocho victorias consecutivas fuera de casa para el Valencia Basket, que amplia el mejor balance de la historia del club a un contundente 17-2.
Ficha técnica:
50 – Gipuzkoa Basket (23+12+2+13): Neto (7), Winchester (8), Robinson (8), Ramsdell (7), Doblas (8) -cinco inicial- Salgado (8), Hanley (2), Motos, Cortaberria, Olaizola, Huskic (2).
57 – Valencia Basket (10+13+15+19): Van Rossom (9), Sato (12), Martínez, (2), Barton, Dubljevic (9) -cinco inicial- Triguero, Pau Ribas (4), Doellman (6), Lafayette (3), Larry y Lavrinovic (12).
Árbitros: García, Martínez y Jordi.
Incidencias: Encuentro disputado en el pabellón San Sebastián Arena 2016 ante unos 7.000 aficionados.